El nombre de esta banda de Glasgow lo tengo
asociado a esos discos que llegaban a las tiendas de tu proveedor habitual y
siempre te fijabas en la portada pero siempre lo ibas apartando a un lado para
acabar en el cajón de la tienda hasta conseguir el precio reducido. En
estos días vuelvo a recuperar parte de su dilatada carrera, que ha
permanecido en segundo plano a lo largo de estos casi 35 años desde que
apareció su primer disco. A mitad de la década de los 80’s ficharon por New
Rose, tocaron en el programa de John Peel y fueron eclipsados por bandas de su
ciudad en popularidad pero no en personalidad. Tras muchos años de carrera y de
optar por autoeditarse sus propios discos, han acabado en la autopista
fantasma con un ep de cuatro temas:un
primer trabajo editado en estas tierras en donde vuelven a dar una lección de
clase y de buen hacer con canciones como “Diferent Person”, “Long Rider”,
“Dislocation” y “Baby you’re so extra” ,temas llenos de intensidad, de
electricidad y de personalidad, con miradas en el blues y en la ciudad del
motor mas convulsa pero sin desdeñar el pop con la clase de los
mismísimos Hoodoo Gurus. Un disco de muchos quilates que merece dar a la banda
el reconocimiento que se merece por meritos propios.
Hay bandas a las que se tiene un cariño especial.
Músicos que han puesto banda sonora a algunos de los momentos más entrañables
de nuestras vidas, compañeros de viaje con los que hemos ido creciendo ,
desafiando al tiempo y a los cambios de soporte; de lo analógico a lo digital y
vuelta a lo analógico, hasta el infinito y más allá. Estoy seguro de que no me
equivoco si afirmo que los Ramones son una de esas bandas para la inmensa
mayoría de quienes leen estas líneas, todos reservamos en lo más profundo de nuestras
entretelas un lugar especial para los de Queens. Joey, Dee Dee, Johnny y Tommy
han estado con muchos de nosotros el primer día de instituto, han sido testigos
de nuestro primer beso, han protagonizado algunas de nuestras borracheras y
nunca nos han abandonado cuando aquel tipo despreciable se enrollaba con la
chica que nos gustaba. Sí, hay bandas que nunca te fallan, como los buenos
amigos.
Thomas Stubgaard proclama a los cuatro vientos que sus
primeros héroes musicales fueron los Ramones, no hay más que repasar sus
grabaciones como Tommy and The Rockets para darse cuenta de ello. Tras irrumpir
con un sorprendente primer LP, "Beer, Fun and Rock'n'Roll", y
contraatacar con tres potentes EP's en forma de 7", el mago danés de la
melodía ha decidido rendir homenaje a sus ídolos grabando un disco de
versiones. "I Wanna Be Covered" es un disco perpetrado con el amor y
el cariño incondicional de un fan, que selecciona 9 pildorazos ramonianos que
todos hemos tarareado, e incluso berreado, en más de una ocasión. No es un
disco de grandes éxitos, así que no hagan ustedes el feo ejercicio de señalar
la ausencia de uno u otro tema; todos tenemos nuestras canciones favoritas
dentro del catálogo de los Ramones y no tienen por qué ser necesariamente
éstas, es obvio. Estas son las de Thomas, y no se les puede poner ni un sólo
pero.
Otros músicos se habían atrevido antes a versionar
discos enteros de los Ramones, es el caso de Screeching Weasel, The Queers, The
Vindictives, Boris The Sprinkler, Parasites o The Mr. T Experience, y son
incontables las bandas que han re interpretado temas de Joey y los suyos. Pero
pocas han conseguido el gran reto, que es hacer suyas esas canciones, huir de
la recreación, de la copia exacta, e impregnar de su propia esencia esas
versiones; Thomas Stubgaard lo ha conseguido. Este ejercicio de nostalgia y de
reconocimiento, se abre con "Rock'n'Roll Highschool", uno de los
temas más reconocidos de los neoyorquinos, presente en su quinto LP, "End
Of The Century", y al que Tommy and The Rockets dan una lectura vocal
soberbia. Le sigue uno de mis temas favoritos, "Oh Oh I Love Her So",
que se adapta como un guante a la idiosincrasia musical de la banda, un corte
presente en "Leave Home", el segundo álbum de los Ramones, grabado en
1977. "I Can't Give You Anything" pertenece a "Rocket To
Russia", tercera referencia de los padres del punk rock, y cuya urgencia y
pegada se pone al día de la mano de Tommy And The Rockets. "Havana Affair"
fue la cara B del primer single de los Ramones, una canción incluida en su
homónimo disco de debut en 1976, una parodia sobre la Guerra Fría que Thomas
Stubgaard ha querido incluir también en este disco. Uno de los himnos de la
Iglesia Ramoniana que más he berreado a lo largo de mi vida es "She´s The
One", presente en la magnífica cuarta entrega de la banda, "Road To
Ruin", de 1978, y me alegro mucho de que también haga acto de presencia en
"I Wanna Be Covered". También directade "Rocket To Russia" llega "Locket Love", un ejemplo
del talento que estos cuatro muchachos escondían cuando se trataba de
escribirle al amor en sus múltiples facetas. Y qué decir de "Don't Come
Close", pues que suena maravillosa interpretada por Tommy and The Rockets
y que es una de las grandes gemas de los Ramones. Procedente de "Road To
Ruin", es uno de sus temas más maduros, una canción con una sólida
arquitectura pop que ha sido eclipsada por los grandes himnos de la banda, y
que Thomas Stubgaard recupera felizmente para este disco. "Carbona Not
Glue" puede que tampoco sea una de las tonadas ramonianas más conocidas, a
pesar de figurar en un disco tan reproducido como es "Leave Home", en
cambio, "Listen To My Heart", que sirve para cerrar este "I
Wanna Be Covered", es uno de los temas más celebrados de los Ramones;
ambas canciones encajan a la perfección con el espíritu de Tommy And The
Rockets.
KOTJ Records, Roctopus Tea Party Records, Monster ZeroRecords, Rocket Launch y Woimasointu han formado un aquelarre de melodías y
guitarras punzantes para dar forma a este nuevo trabajo de Tommy And The
Rockets, un disco que parte con la ventaja de apostar a caballos ganadores,
pero que tiene el mérito de hacerlo con personalidad y manteniendo su esencia,
huyendo del tan temido "grupo tributo", para ofrecernos un resultado
final con enjundia y coherencia. Viendo el resultado, no nos queda más que
arrojarle el guante a Thomas Stubgaard y retarlo a hacer una serie de tributos
a sus héroes; sería genial ver un "I Wanna Be Covered" dedicado a
Rockpile o a los Beach Boys. Mientras tanto, esnifaremos pegamento y
disfrutaremos de esta entrega mientras esperamos entre la 53 y la 3ª.
Scott Drake es de esos tipos que,
sin dar la nota, va ampliando su CV a base de discos más que notables. Desde
que empezó en esto del rock and roll con los Suicide Kings en unos ya lejanos
80’s hasta nuestros días, ha pasado por bandas como Humpers, Vice Principals, o
hasta incluso, ha intentado empezar su propia carrera en solitarioacompañado por The World’s Strongest Men. En
todo ese camino ha ido dejando discos en sellos de “relativa” relevancia en el
mundo del rock and roll de serie B, sellos como Dionysus, Rankoutsider Records,
Sympathy for the Records Industry, Epitaph, Junk, Safety Pin o Ghost Highway
por citar unos pocos.
En estos últimos años y afincado
en Portland (Oregon), Scott junto a algunos compañeros de fatigas en otras
bandas (a veces compartidas) forma parte de The Lovesores una máquina de Rock
and Roll que te sacude las pulgas desde cualquiera de sus discos (3 diez
pulgadas y tres 7” hasta la fecha). Su último trabajo es de hace dos años, su título
“R&R Animal” quizás una declaración
de principios o quizás un homenaje a Lou Reed, especialmente visible en uno de
sus discos que yo, personalmente, mas he
escuchado del neoyorquino. Lo que es innegable es que los cuatro temas que componen
este diez pulgadas son cuatro disparos de punk con mucho rock and roll
empezando con ese “R&R Animal” que con riffs de guitarra deudores de Chuck Berry, en manos de Wayne
Kramer o Sylvain Sylvain, los Lovesores te inoculan ese veneno que es el rock
and roll sin miramientos, para dar paso a un pateaculos en toda regla como “The
Erotic Adventures Of Coca Cola Jones”. En la cara bSaul Kroll y Adam Kattau, los dos guitarras
de este combo se baten el cobre a guitarrazo limpio,por momentos sonando a los MC5 y por momentos
a los New York Dolls en un “The Wicked World” mortal. Para cerrar la vena
Stonesale a relucir en “When The Lights
Go Out” y las ganas de mas temas de estos veteranos hacen que recupere de mi
colección sus otros discos de los que, quizás, algún día de cuenta en este blog.
Mientras, ya os adelanto, un chivatazo para abrir más boca, en breve tendrán nuevos temas disponibles. Yo
estoy deseando ya escucharlos, sabiendo de antemano que no van a defraudarme.
I Can Only Give You Everything / I Just Don't Know (Modern Harmonic 7”)
Looking At You / Borderline (Modern Harmonic 7”)
Hace unas cuantas semanas, mientras mataba el tiempo, me dejé caer por la página de Sundazed para husmear cuales serian los próximos discos que este imprescindible sello iba a recuperar a corto plazo y al ver dos fotos de los MC5 se me abren los ojos a límites sobrenaturales. Anuncian dos siete pulgadas de los cinco de la ciudad del motor y las portadas por si solas ya hacen que pierda el poco conocimiento que me queda, miro rápidamente los temas y nada nuevo bajo el sol. Son temas que han sido recuperados en un buen puñado de ediciones a los largo de los 50 años de vida que acaba de cumplir la banda. Busco la manera de hacerme con ellos y llega el primer revés, puesto que estos dos singles, serán parte de las ediciones del Record Store Day 2018 y no hay manera de pedirlos puesto que, como está estipulado, estas ediciones son para tiendas de discos, fomentando así el ir a llenarse las huellas dactilares de polvo en esos “antros” que tanto hemos visitado los tipos como yo en cuanto disponíamos de un poco de dinero en el bolsillo. Así que esas dos piezas pasaron a formar parte de esa vasta lista de discos a conseguir que lejos de verse reducida, sigue aumentando con el paso del tiempo.
Llegado el dichoso día de las tiendas de discos, mencionado anteriormente, empiezan a aparecer copias de estos trabajos en la red a precios dispares, pero siempre por encima del valor normal que deberían tener. Sin ser, ni mucho menos, un detractor del Record Store Day considero que es un evento con sus incuestionables ventajas pero sin olvidar también sus inconvenientes, debate que, no dudo, daría para más de un rato de charla. De momento nos quedaremos con que este par de discos han sido recuperados de manera muy digna para los tipos que, como yo, tenemos la insana costumbre de comprar discos para dejarles luego sonar largo y tendido como están haciendo estos dos en mi reproductor.
El primer single de los MC5 fue editado en 1967 con los temas “I can only give you everything” que los Them habían incluido en su álbum “Again” en 1966 y que había calado en infinidad de jóvenes americanos que querían emular a todas esas bandas que habían eclosionado en el Reino Unido mirando a las raíces del blues americano, un tema al que estos chavales le inyectaron una energía demoledora, en la cara B de aquel primer single facturado por AMG Records incluía un disparo de garage punk en donde ya se podía escuchar el embrión y la personalidad de lo que más tarde fue esta banda en ese “One of the guys”. Temas que tuvieron que se grabaron con apremio puesto que Edwin Starr tenía que grabar en esos mismos estudios y no estaba por la labor de esperar por unos mocosos con guitarras.
Un año después vuelven a los estudios para grabar un segundo single, esta vez es el sello A Square el que se hace cargo del ese nuevo plástico y los MC5 llegan de la mano de John Sinclair como gurú de la banda. Las peleas entre Sinclair y el responsable del sello Jeep Allan eran patentes a cada encuentro. Cuenta Dany Dallas técnico de sonido, que las sesiones de ese single fueron una pesadilla con John Sinclair subiendo los volúmenes del estudio mientras una densa nube de humo cubría la estancia pero el resultado fue un single demoledor con los temas “Looking at you” uno de los temas míticos de esta banda con el binomio Kramer y Fred Sonic en plena catarsis guitarrera , mientras Rob Tyner se muestra tal como era, como bien dice Wayne Kramer, mientras la impertérrita sección rítmica de Dennis Thomson y Michael Davis se encuentra en plena ebullición. En la cara b “Borderline”…. en pleno desfase, este single recupera el autentico sonido de la banda sin lavado de cara y con el que empezaron a hacer historia junto a sus demoledores conciertos que les sirvió para fichar poco después con una multinacional.
En 1969 la banda lanza su álbum Kick Out the Jams y ese mismo año AMG vuelve a editar su primer single, pero esta vez la cara b contiene “I just don´t know” en donde las guitarras vuelven a arder con un ritmo en deuda con Bo Diddley y con la intensidad de John Lee Hooker totalmente latente. Dos singles en edición limitada de 1350 copias, con dos portadas de lujo, notas a cargo de David Fricke. Dos singles para atesorar y más aun, en mi caso, cuando estos tipos han formado parte importante de mi vida.
Una carta con remite de
Australia… el amigo Mick, capo de Off the Hip, me hace llegar una copia de su
último lanzamiento. Al rasgar el sobre y ver la caratula del disco de P76
siento un vértigo aterrador y el primer pensamiento que me viene a la cabeza es
la palabra TIEMPO…… ¿Cuánto ha pasado desde que éste “Into de sun” entro en mi
vida? …… Busco la información que necesito saber y compruebo que han
pasado 18 años desde que el bueno de Danny Mc Donald me dio a conocer su banda.
Recuerdo que este disco no pasó desapercibido a lo largo de mi trayectoria y
con la supuesta calma que da la edad lo pongo en el reproductor ahora y una
sacudida de energía sale disparada por los altavoces, han pasado muchos años,
pero “Me & Her, the Road and our EJ” sigue sonando como un chute de
vitalidad: guitarras llenas de vigor, estribillos eternos y melodías
inolvidables es lo que contienen cada una de las 12 canciones que completan
este álbum, canciones que una vez que empiezan a sonar es imposible dejar de
escucharlas, temas tan irresistibles como “Sleeping in” que me trae
a la cabeza a los más brillantes Hoodoo Gurus, en donde mete mano en la
composición Dom Mariani que por otro lado se encargó de producir este disco.
“Summah Jane” con ecos de Teenage Fanclub, “Transit” firmado junto a mi querido
Joe Algeri, y temas con el ADN sin manipular de Danny como “Social Insecurity”,
“Let’s get back to where we started”, “Headed straight for the Sun” tan
arrebatadores como fueron los clásicos de Paul Collins, Plimsouls o Rubinoos, y
cerrando “My sunshine” una pequeña maravilla en acústico en donde Danny muestra
sus sentimientos sin rubor poniendo un broche final perfecto a un disco que
sigue sonando como el primer díaporque
en serio creoque el tiempo no le ha
pasado factura. De momento volveré a tararear eso de “en la autopista hacia
quien la importa donde… sonando los Stems yese You am I, algo tan simple me hace sentir vivo, todo parece tan
lejano: solo yo, ella , la carretera……..” (Oscarkotj-2018)
Resulta que Kurt
Baker ha dejado de ser un veinteañero en fechas recientes, y eso que nadie
puede poner en duda que pese a su insultante juventud parecía tener un dominio
que ya quisieran muchos colegas más veteranos poseer (en el siglo pasado se
llamaba magia, don o chispa). Y para celebrar el cambio de década llega con una
obra de absoluta madures, de veteranía bajo la denominación de Kurt Baker
Combo. El título no puede ser más acertado, “Let´s Go Wild!”, porque Kurt
propone un reto fascinante al oyente, un reto de apariencia ¿sencilla?, un reto
consistente en fiesta y diversión con canciones directas de esas que golpean
estómago y cerebro a partes iguales.
Kurt deja un poco
de ser el eslabón perdido del power pop americano y se conjura en sus
composiciones con gloriosos muertos y elegantes vivos, y el resultado no puede
dejar de ser más concluyente: un auténtico festín de canciones redondas de
todas las tonalidades que Kurt maneja. Desde la inicial “So Lonely” que ya
llama la atención por su ¿madurez?, con un estribillo arrebatador que en
directo puede marcar un antes y un después; “Foolosig Stuff” con su viaje
glam-rock de MAESTRO. La verdad es que el disco empieza en un insuperable nivel
alto que asusta, no sería el primero que se desinflaba después de un inicio tan
rotundo. Pero Kurt no está dispuesto a que eso pase así que se lanza a tumba
abierta con “No Fun At All”, una pieza de menos de tres minutos de esas que te
dejan las pulsaciones a mil por hora y la cabeza dislocada con ecos de los
veteranos e infravalorados Cheap Trick. “Beg To Borrow” vuelve a colocar el
disco en la senda más tradicional practicada por Kurt, delicadas piezas power
pop sacadas del túnel del tiempo, recuerdos del sello Stiff. Y el salvaje
instrumental que sirve de título al disco, “Let´s Go Wild!”, un cruce de
caminos entre el pop y el glam-boogie de T Rex, que sirve de avanzadilla para
que Kurt y sus muchachos se pongan en modo Pat DiNizio con “Don´t Say I Didn´t
Warn Ya”, otro de esos estribillos con “toque” (que creo es lo que diría Pepo).
Por cierto el Combo, aparte de Kurt Baker, lo integran Sam Malakian a la
batería, el “eterno e incombustible” Juancho López al bajo y , Jorge Colldan a
las guitarras.
Ya estamos en la
mitad, y Kurt no está dispuesto a que la fiesta decaiga, “Gotta Move It” es un
tiro a quemarropa, guitarras y coros que vuelan, una sección rítmica que hace
lo que cualquier banda ha soñado alguna vez, buff, arrebatador, un clásico.
¿Bajamos el pistón?, le preguntarán a Kurt, y seguro que contestó, una leche.
“Sick Of Waiting” es un tema marca de la casa, clásico power pop que podría
estar fechado a principios de los ochenta pero de ahora mismo, con respeto a
los patrones y a los grandes nombres del género. En “A Girl Like You”
rockanrollea sin complejos, a estas alturas imagino que ya se ha quitado los
pocos que haya tenido. “WDYWFM” es la pregunta que Kurt hace totalmente
encendido, con el acelerador pisado a fondo, una de esas piezas que en directo
funcionarán muy bien. Y llega de nuevo el Kurt Baker que me hizo sentir
fascinación por sus canciones, el de “Yesterday Today”, una de esas redondas
canciones marca de la casa que me vuelve literalmente loco, al alcance de los
elegidos, aromas clásicos, POP, pasión, vida, sueños, POP. Y el cierre, que
todo tiene un principio y un final llega con “One Way To Life”, que pone un
nuevo cruce de camino en la ruta emprendida por Kurt, quién sabe, tal vez el
futuro vaya por ahí. La realidad es que el presente es tan real, tan sólido y
tan prometedor que ojalá “Let´s Go Wild!” sirva para el salto definitivo de
Kurt Baker a la división de honor, ya le toca, por oficio adquirido, por
canciones y porque el nuevo disco es DESLUMBRANTE.
Cuando en 2014 apareció Tommy
Lorente con “Un Cruel Manque De Tendresse” bajo el brazo, servidor se sintió
vivamente interesado con una colección de canciones que reivindicaba a tantos
héroes admirados durante años (décadas, que ya voy siendo muy mayor). Nombres
que ser asociaban tanto a las canciones como a las propias referencias que
Tommy citaba. Bien, “¿otrocandidato a
francotirador de power pop?”, me preguntó un amigo en su momento. Creo que le
respondí con mi habitual escepticismo o cinismo, “habrá que esperar al segundo
baile, a la segunda bala”. Y aquí está en nuestras manos “Stupefaction”, bajo
el auspicio del sello francés YaourtProductions (supongo que su propio sello) y
de los muy encomiables sellos españoles Rock Indiana y KOTJ Records. Y me
gustaría responder a mi amigo que el segundo baile de Tommy es un auténtico
festín no solamente para los amantes del género sino para cualquier aficionado
a las grandes canciones, que aquí están.
Nota previa. Con los años empiezo
a valorar mucho la duración de los discos, de las películas o las páginas de los
libros. Admito que el criterio es un tanto sin sentido, pero las ganas con las
que uno afronta un disco de treinta y tres minutos no son las mismas que ante
casi ochenta minutos. Si ya costaba hacer buenos discos en vinilo con 10/12
temas y una duración menor a los cuarenta minutos, el cedese nos enloqueció con
esas duraciones de vértigo, que al final lo único que servían era para tener
que añadir 5/7 temas de relleno con el fin de aumentar “ficticiamente” la
duración que no la calidad final. Así que primera nota positiva para
“Stupefaction”, diez canciones en treinta y tres minutos. Let´s go Tommy!.
Abre “Poom Tchak Pow”, que nos
apunta el camino que va a seguir el disco: una mezclay reto de guitarras y melodías, en la línea
del primer disco del de Biarritz, tal vez nada nuevo, pero tan escaso en estos
confusos tiempos. “Arthur” ha sido la tarjeta de presentación del disco, una
cabalgada épica que de inmediato se clava en la cabeza. Uno de esos temas que
uno en su inocente juventud no entendía las razones de que no llegase al número
uno en cualquier lista de popularidad y que con el tiempo comprendes que todo
tu entorno es una mínima parte del mundo, incluso para las listas de
popularidad. “Supernova” es rescatada después de haber sido un single digital
en 2016 y la verdad es que en el conjunto gana sentido, también hemos de sumar
que yo prefiero los formatos físicos a los digitales, por tocar la portada, ver
créditos, etc. “La Rêve Américain” es ese tipo de canciones en la que Tommy se
mueve como pez en el agua, estribillo contundente, rock de raíces sin complejos
y guitarras al viento. “Pareil Au Même” pone un poco de relax y pausa en la
escucha. Un tiempo medio que suena a clásico, con esos coros y esa melodía tan
marcada.
Enfilamos la segunda parte con un
tema de menos de tres minutos, “Luc & Ses Angoisses”, en el que insiste en esas
cabalgadas de guitarra y melodías que tanto me gustan y sigo disfrutando en el
siglo XXI, formalismo pop. Es el aperitivo de “J´Ai Connu Mieux” con entrada
Berry, que simplemente te sube y sube, enganchando al oyente para enseñar una
parte de la historia de aquellas canciones que tanto nos gustan. “Conquistador”
es el himno, una de esas maravillas que el power pop a veces consigue en poco
más de dos minutos, un trallazo sin pausa que se ha convertido en una de mis
favoritas, tengo la sensación que es una de esas canciones que ni le sobra ni
falta nada. “Sexe Luxe Etc” también se había anticipado en formato digital, y tengo
la misma sensación que con la anteriormente citada, aquí entre las demás crece
y cobra sentido. El disco se cierra con “Le Dernier Commissaire”, un notable
punto final de guitarras rotundas que
resumen perfectamente la segunda propuesta que Tommy hace, un puñado de
canciones sencillas (que no simples) que evocan a tantos nombres y que a muchos
de los mismos les encantaría haber firmado. Grande Tommy Lorente. Rock On!. (Tomi-2018)
¿Qué se puede decir que no se haya dicho ya de los Flamin’
Groovies? Pues que en pleno siglo XXI por imposible que parezca aun aparecen
cosas de la mítica banda de San Francisco que nos pueden sorprender. Tanto
Cyril Jordan como Chris estan
viviendo una segunda juventud manteniendo a los Groovies en activo, pero
el motivo de estas letras es simple, como fan incondicional que soy de ellos,
negándome a que se me muera el mito entre las manos en un concierto suyo en
directo, sigo rascándome el bolsillo cada vez que aparece un disco de la banda,
y si hace unos meses me hice con una copia de este single en su edición
británica con un refrito de fotos de la época, ahora vuelvo a hacerlo al ver la
edición que el sello de mi amigo Fabien (Pop the Balloon) se ha currado de este documento.
Vamos a ponernos en situación: en mitad de la década de los 70’s esta banda
firma tres discos memorables entre ellos dos piezas básicas como fueron “Now” y
“Shake Some Action”. A principios de los 80’s los Groovies están
sin contrato discográfico, habían vuelto a Estados Unidos tras tocar para
grandes audiencias en el Reino Unido, Marc Zermati capo de Skydog en Francia
les propone hace un lp y los envía a Hollywood, ni mas ni menos que a los
Gold
Star Studios del mitico Phil Spector, no quiero
imaginar que hubiera salido de allí si aquellas cintas hubieran llegado a buen
puerto, lo cierto que de aquellas sesiones apareció el álbum “Gold Star Tapes”
con temas que aunque sin pulir, aun a dia de hoy me ponen los pelos de
punta cuando suenan temas como “And you bird can sing” de Lennon/McCartney, un
“Do I Love you” que refleja todo lo que es el rock and roll para mi, uno de
esos temas eternos que al escucharlo en manos de estos chicos no supera al
original de las Ronnettes, creo que eso es imposible, pero la dejan en una
posición muy muy digna aún siendo tomas sin acabar, lo mismo ocurre con
“She don’t care about time” del malogrado Gene Clark con Mike Whilhelm dando una magistral lección a las 6 y las 12 cuerdas, otra maravilla sin pulir. El único tema
propio de la banda los firmaban Jordan y Wilson y desprendía sonido a Liverpool
por los cuatro costados bajo el titulo “So much in love” o la proyección que
desprendían al zafarse con un espectacular “River Deep Mountain High” que
popularizaron Ike y Tina Turner , y que
curiosamente salió mas de dos décadas atrás de estos mismos estudios en donde
los Groovies estaban tratando de sacar adelante un nuevo álbum que iba a
titularse “Tour de forcé” y que lamentablemente quedo en unas maquetas
editadas por Skydog para, al menos, recuperar algo de la pasta invertida en ese
proyecto.
La historia es que hace un par de años Bruce Gold, hijo del
fundador de esos míticos estudios encontró una cinta de grabación magnética en
el garaje de su casa que ponía Flamin’ Groovies. En esa cinta se encontraban
dos temas en formato instrumental, se pusieron en contacto con Jordan y Wilson
para ver que se hacia con esas grabaciones inéditas hasta la fecha y se decidió
poner voces por un lado al tema que Gerry Goffing y Carole King hicieron para Darlene Love de
premonitorio titulo “Long Way to be Happy” que sonando bajo el punto de vista
de fan suena increíble al regrabar las voces Chris Wilson , pero que no tiene la magia de las
rugosas maquetas mencionadas con anterioridad. La cara b no es manipulada y
queda en forma de tema instrumental en lo que debería ser otro de esos temas
que sus fans no nos cansaríamos de escuchar una y mil veces, su titulo “Don’t
forget to write”, otro titulo premonitorio que ha hecho que un servidor se
siente a tratar de juntar este puñado de letras en forma de reseña. Para
cerrar, solo comentar que la edición de este sello viene envuelta por una espectacular
foto de la banda en su época de Sire y que como me comenta Fabien, esa foto es
el motivo de que el precio de este single sea un poco elevado por tener que
pagar los derechos de esa imagen ya mítica , al fin y al cabo todo el
mundo quiere su parte del pastel. Desde estas líneas, mil gracias a Fabien por
esta mas que recomendable edición. Shake Some Action (Oscarkotj-2018)
Guts Guttercats y sus chicos empiezan
mañana su gira por este país. Presentarán su último disco a lo largo y ancho de
la península durante quince días, un trabajo que muestra ya en su título los
principios en los que se mueve la banda. “Follow your instinct” es su
cuarto trabajo y sigue manteniendo el romanticismo hacia los
sonidos malditos del rock and roll a base de admiración, emoción y pasión
por esos crápulas que se hacen pasar por dandis con canciones brillantes
cargadas de veneno servido a los postres. Son doce canciones que te envuelven y
te hacen perder la cabeza como ese amor imposible que te destroza el corazón,
con la elegancia y la precisión del filo de una cuchilla pasando por la piel al
igual que lo hacen las guitarras de este disco en temas como “On the Road”, la
magnífica “A trip down Memory Lane” (que lo abre), sin pasar por alto “Sweet
Little Sister” con un trabajo de metales digno de resaltar, al igual que los
intensos paisajes sonoros del tema que da título a este álbum. Además contiene
un “Down in the hole” que me parece de lo mejor que este cuarteto parisino ha
firmado en su carrera. Si pasan cerca de tu ciudad no dejes escapar la
oportunidad de verlos en directo porque no te dejaran indiferente.
(Oscarkotj-2018)
Gira española 2018
Domingo 15 de abril de
2018: Pamplona, Cavas
Lunes 16 de abril de
2018: Zaragoza, Sala Creedence
Martes 17 de abril de
2018: Barcelona, Sala Monasterio
Miércoles 18 de abril de
2018: Tarragona, El Cau
Jueves 19 de abril de
2018: Valencia, 16 Toneladas
Viernes 20 de abril de
2018: Cox, TNT Blues
Sábado 21 de abril de
2018: Granada, Lemon Rock
Martes 24 de abril de
2018: Almendralejo, Salón de Teatres
Miércoles 25 de abril de
2018: Pontevedra, Sala Karma
Jueves 26 de abril de
2018: A Coruña, Mardi Gras
Viernes 27 de abril de
2018: León, Babylon
Sábado 28 de abril de
2018: Santander, Sala Black Bird (junto a Los Tupper)
Domingo 29 de abril de
2018: Bilbao, La Nube Café Teatro...
Cuando vi anunciado este
disco de los Tell Tale Hearts mis nervios se desataron y esto provocó una
incontrolable ansia de posesión en mi interior a la vez que despertó un montón
de recuerdos, que aún estando en fase de durmiente letargo, volvieron a la
vida. De repente, me sentí ubicado, de nuevo,en el día en que su primer álbum llegó a mi vida. Una portada que
siempre me gustó,la carta de
presentación a cargo de Gregg Shaw capo de Bomp/Voxx, y una banda que
desprendía actitud desde el primer tema (hablamos ya de1984). Aquel disco, girando cientos de veces
en mi tocadiscos, me descubrió a bandas que estos chicos de San Diego adoraban
como Outsiders o Q65 de los que hacían versiones memorables. La voz de Ray
Brandes me volvía literalmente loco y los temas propios no deslucían en
absoluto, es sin dudauno de esos discos
que se atesora de por vida al igual que el resto de su corta, pero recomendable
discografía. Casi 35 años después llega este ep en donde podemos escuchar a la
banda de Mike Stax en plena ebullición. Con cuatro temas que, como bien explica
Greg Prevost de los Chesterfield Kings en las notas de contraportada, fueron
grabados sin attrezzo un 7 de marzo de 1984 en el estudio 517 de San
Diego. De esas sesiones conocemos 5 temas que fueron incluidos en el
cd “High Tide (Big noses & pizza faces)” y cuatro de ellos son
los que componen este ep en donde el sonido del órgano de Bill Calhound hace
temblar los cimientos del estudio en la versión que se marcan del “Hey Tiger”
de The Topsy Turbys, oriundos de Arizona que facturaron esta animalada entre clase
y clase de la universidad en 1965. Tras esa versión llega el turno del único
tema original firmado por Calhound/Stax y que fue a parar a su primer álbum,
hablamos del intenso (You’re a) Dirty Liar muy superior a la versión del
lp desde mi punto de vista. En la cara b vuelven a tirar de influencias
y nos llevan a la prolífica escena de Texas en los 60’s y usurpan a The
Wigs un tema de su segundo y último single “Crackin’ Up un puro punk cavernario con un esquizofrénico
ritmo de bajo y con Eric Bacher en estado de gracia a las seis cuerdas. Cerrando
este artefacto, el clásico de subterráneo firmado por The Malibus “Cry (Over
her)” que todos los amantes de estos sonido hemos escuchado cientos de veces y
que gracias a las manos de estos chavales volvemos a recuperar el espíritu
quinceañero con lo que ello conlleva. Sonar de esta manera, antes de grabar lo
que fue su primer disco, dejaba claro que aquí había mucha clase como después
hemos comprobado ¡lástima que en este trabajo no esté incluida la lectura del
“My world (is upside down) de aquellas mismas sesiones! esto completaría lo que
ya es por mérito propioun disco
excelente en todos los aspectos y que pronto, no lo perdáis de vista, será
pasto de coleccionistas.
Esta banda de Tulsa dejaron como herencia tan solo dos ep’s editados
por el sello Cynykyl a
principios de
los 80´s. Evidentemente en aquellos
años, mocosos de imperdible como el que
esto suscribe, jamás supieron de la existencia de esta banda y otras parecidas hasta muchos años después cuando el
sello Rip Off editó un cd en donde se recogía el legado de estos Reactors. Tras
años detrás de una copia de este primer ep
me encuentro con la sorpresa de que la gente de Paramecium lo ha
recuperado en su catalogo y esa copia es la que está sonando y sacudiéndome la
cabeza de nuevo con “Dead in the suburbs” un clásico menor con el particular
sonido del teclado como protagonista en una banda de punk rock, con una
guitarras que son puro veneno y que a día de hoy, al recuperarla de nuevo, uno
no puede permanecer impávido ante este disparo de punk rock con letras en
mayúscula. “Culture shock” abre la cara b y el sonido del órgano muestra la conexión por
el 60’s punk que, sin duda, fue
influencia involuntaria en esos jóvenes americanos que empezaban la década de
los 80’s con las guitarras sonando tan rugosas como el inconformismo que todos
ellos atesoraban. Cerrando este discos destellos de new wave en un “Pregnan
girls” pero con los fugaces guitarrazos
de Roger Scott escupiendo mala baba. Un single que hay que tener y que mucho me
temo será pasto de coleccionistas antes de que nos demos cuenta.
(Oscarkotj-2017)
Es caprichosa la vida. El que es el mejor disco caído en mis manos de
los que se han editadoeste año en
curso, murió antes de nacer. Te preguntarás como fue eso ¿verdad? ¡ pues
sencillo! vamos a hacer un poco de historia mientras van sonando las canciones.
The Hall Monitors se formaron hace algo más
de diez años atrás. Se han curtido en mil escenarios con mil bandas de renombre
y a medida que iban creciendo como banda
con los cambios de formación naturales, los parabienes iban llegando, hasta el
punto que el mismísimo Little Steven les tira los trastos para que formen parte
de Wicked Cool Records. Ante tal oferta los Monitors, sin duda, tendrían un
mayor reconocimiento a nivel mundial. De aquella oferta salió este disco, que
por diferentes motivos, no vio la luz bajo el cobijo de la mano derecha del
Boss pasando al cajón del olvido hasta que mi buen amigo Scott no dudo en
ponerlo en el lugar que semerece.De aquella decisión tomada a cabo a lo largo
del año 2016 me hace participe en “petit comité” dejándome escuchar en primicia
esta colección de canciones que una tras una me atrapan de manera insana. Sean
Crowley y Kathleen Wilson que son parte de mis queridos Delicious Fullness
junto a Jake Starr saben perfectamente lo que se traen entre manos con estos
Hall Manitors, una banda de la que Eddie Angel dice que tras verlos en directo
vuelve a creer en el futuro del rock and roll. Afirmaciones como esta son,
cuando menos, un incentivo para dedicarles unos minutos y valorar.
Finalmente el disco ve
la luz en mi sello discográfico favorito Hidden Volume Records y la amalgama de
influencias se escuchan en cada una de las catorce canciones que componen este
álbum, empezando por “Girls” con ecos de las bandas de sello Stax en la parte rítmica, unas maracas que
advierten como la cola de una serpiente cascabel y un solo de guitarra que es veneno
en vena. Le sigue “Rosalina” con Chuck Berry muy presente y que Mink DeVille hubiese elevado al nivel de
clásico. Como clásico en mi Jukebox particular es “Cry my little song” con
raíces muy marcadas del blues pero sin caer en el purismo y que el bueno del
Reverendo Beatman mataría por haberlo editado en su escudería. “Be your man” y “”Peggy Sue” resucitan a Bo
Diddley desde el primer guitarrazo. “I don’t care anymore” es otro de esos temas
que no dejo de tararear, con un rasgueo
de guitarra como protagonista, un ritmo vacilón y un riff repetitivo que
conforman un tema increíble que se intensifica a cada segundo. Para cerrar una
cara A de mucho nivel con ecos del club del revolver golpeando mi cabeza eligen “What the dogs see”.
“She’s my
methadone” abre la cara B, un tema que me tiene totalmente atrapado
desde la primera vez que lo escuché como adelanto de lo que sería este disco. Rock
and roll con una base muy potente de pop y un chasquido de dedos hipnótico, una
cara A de un single en toda regla que no
me canso de escuchar una y otra vez como cuando de adolescente te volvía loco
una canción y que de tanto rebobinar las viejas cassettes acababas destrozando
las cinta. “Mercy mercy mercy me” es una muestra sonora de porque amo el rock
and roll, mientras el disco se viene arriba
a cada nuevo tema “Can We span some time”, “Give it up” o “Lord I’m
Sinner”, esta última de nuevo con las raíces en el blues totalmente
electrocutadas. Levantan el pie del acelerador cuando suena “I been crying”
pero no pierden fuelle creando un ambiente lleno de intensidad que muy pocos
artistas consiguen, para cerrar con
“Give you all my love”. Un disco de autentico Rock and Roll que me ha robado el
alma.
La última cerveza hoy la tomamos en Rum Bar Records
ubicado en Boston, lugar de encuentro de bandas como Kurt Baker, Connection,
New Trocaderos o Muck and The Mires, entre otras, sello donde el rock and
roll, el punk y el pop se mezclan a la perfección. Los
últimos lanzamientos pasan por The Phantom, banda con un disco a sus espaldas ya
en este mismo sello y que acaban de ver editado un ep en donde dos veteranos
como Xavier Anaya (The Hoods) y Victor Peñalosa (Zeros) dan cuenta a unos
cuantos clásicos de esos que nos han acompañado toda la vida: “Shakin all
over”, “Slow Down”, “She does it right” o “Walking the dogs”, influencias para hacerse una idea de qué pie
cojean estos chavales.
Un disco que no dudé en poner en esa interminable lista
de “SE BUSCA” es el segundo lp de Indonesian Junk , trío de Milwaukee con una
amalgama de influencias que reflejan en cada canción. Ese “Stars” es puro Peter
Perrett, “I’ll run away” puro Richard Hell, “Turn to Stone” puro Stiv Bators” y
el conjunto del disco un puñado de canciones que pican del CBGB y el sonido
subterráneo de la gran manzana, el Glam Rock y el Punk rock. Es momento de
abrir otra cerveza y volver a pinchar “Slow Down” de nuevo… Antes de abandonar
el bar, dejaremos constancia del último lanzamiento de este sello Justine and
the Unclean banda de la ciudad que hará
las delicias de todos los amantes de formaciones como Caroline & The Treats, Donnas,
Suzy y los Quatto o Dalhmanns entre otras muchas. Power pop acelerado de
melodía fácil que firman hits instantáneos como “I’m in love with you ,
Jackass”. Tres referencias con el ADN del sello que las lanza. Por cierto,
antes de apurar la última ronda y salir definitivamente, no dejes de escuchar a
Tom Baker and the Snakes que editaron un disco tremendo a todas luces….....
En los tiempos que corren que estamos más comunicados que nunca y
a la vez mas aislados humanamente hablando, siempre se agradece la carta de un
amigo. Patrick DiPuccio es el remitente
de la última carta que he recibido, un viejo amigo al que jamás he visto y
posiblemente jamás conoceré en persona. Desde
Los Ángeles vuelan las noticias, allí es donde da cuenta del último
disco de su grupo The Condors, una de las miles de bandas que viven y mueren en
la ciudad de los sueños a diario. Antes de leer nada sobre el disco “Joie de
Vivre” pongo los temas a sonar y el sonido tan personal de la banda pone música
a unos minutos de mi “vida”. Abre el disco “Matter of Fact” y la clase de la
banda inunda la habitación, riffs clásicos de corte canalla que te engañan con
la dosis de melodía necesaria para engancharte sin que seas consciente de ello.
Con una banda sonando tan perfecta, tan compacta y con tanta clase que parece
irreal, cuando el piano de “Girl
Trouble” repica sobre tu corazón y las guitarras empapan de vinagre
las cicatrices aun sin cerrar y vuelves a pellizcarte para asegurarte
que no es un sueño y lo que suena es tan real como la vida que estás viviendo.
Ecos de los Faces en cada guitarrazo que Mr Pooch arranca a las seis cuerdas.
La veteranía es un grado y dejando de lado sus influencias de peso nos topamos
con un instrumental en toda regla ejecutado con maestría y apartando de lado el
virtuosismo vacio que en ocasiones contienen este tipo de temas, que para la
ocasión, cuenta con el respaldo de Tony Fate (Bellrays) a las cuatro cuerdas.
Cuando empieza a sonar “When you call
out my name” un escalofrio recorre mi espina dorsal mientras un entrecortado y
afilado ritmo de guitarra acompaña un estribillo que no puedo dejar de repetir
“…..Can't
stand it tonight, Everything's
alright , Don’t you get uptight ,
Tonight, tonight, When you call out my name….”, pero la sorpresa llega cuando
mi memoria se reactiva y los primeros acordes de “Tell it to the judge” ponen
mis neuronas a funcionar con un tema que no me resulta desconocido, los ecos de
mis queridos New York Dolls y bandas de similar pelaje me hacen buscar con
desesperación y encuentro que ese tema era de The Blow Up la banda en la que
Pat militó a finales de los 70’s y de la que dimos cuenta en este espacio unos
años atrás. Me afano en ello y, acumulando pesquisas, descubro que este disco
es un pequeño homenaje a aquellas canciones de juventud firmadas por DiPuccio,
canciones que tras escucharlas en su formato original puedo afirmar que bajo la
mano The Condors ganan muchísimos enteros dando otro punto de vista a temas que
pasaron sin pena ni gloria durante los 80’s y que en su mayoría nunca fueron
grabados más que en alguna cinta durante algún concierto en directo. Aquí
suenan directos, sin fisuras, con temas
como el que da título a este disco como “Joie the vivre” pop, con nervio,
intenso y con un saxofón que hace que tu corazón se altere. De nuevo los
Angelinos han dado toda una lección de clase, aunque sea para una minoría nada
ruidosa.
Nueva referencia de mi sello favorito, en esta ocasión
los Japoneses The Fadeaways que aun tienen caliente su lp para Soundflat que se
presentan, en esta ocasión, con tres nuevos temas con edición especial bajo la
batuta de Scott Sugiuchi. Pones la aguja sobre el “Kicks and Chicks” y el título
puede llevarte al temas de los holandeses
Zipps, pero nada más lejos de la
realidad… la guitarras echan fuego y durante el tema no dejan de aparecer
ramalazos y parecidos con otras
canciones. Lo mismo ocurre con “I hate you” donde se me aparecen los DMZ más
salvajes rindiendo tributo a los Pretty Things y Bo Diddley con los ecos de ese
“mamaaaaaa cierra la bocaza……”. Cerrando, una versión acreditada como es el
impagable “(I’m gonna) Make you mine” de los Shadows of Knight” que en manos de
estos chavales suena abrasadora, como no podía ser de otra manera.