¿Oye los tambores? Son
tambores de guerra, no se esconda, de nada servirá, están aquí y van a por
usted, son Jíbaros y quieren su cabeza para reducir el más mínimo resquicio de
tedio y mediocridad que almacene entre sus sesos; será mejor que se rinda. Y es
que estos cuatro curtidos guerreros llevan multitud de batallas ganadas a sus
espaldas, han formado parte de otras tribus aborígenes, cuya sola mención causa
admiración y respeto a cualquiera que se sepa atar los zapatos. Cautivos y
desarmados ante la amenaza jíbara, cuatro sellos españoles han claudicado y han
firmado un tratado de paz con el cuarteto, plegándose a sus condiciones, que no
son otras que publicar un disco que sirva para expandir su mensaje y llevar a
cabo su ambicioso plan: hacerse con las cabezas de los incautos oyentes que
piquen el señuelo y deslicen la aguja de sus tocadiscos por los surcos de este
vinilo. Esos cuatro sellos son: KOTJ Records, Sweet Grooves Records, Hurrah!
Música y Delia Records. Conozcamos ahora un poco más sobre estos Jíbaros y
desvelemos el contenido de su mensaje.
David Lorenzo (guitarra
y voz), Al Moretti (guitarra y voz), Gabriel Cuesta (batería) y César Sánchez
(bajo y voz) son los nombres que han elegido estos audaces salvajes para
colarse en nuestra sociedad y sembrar el terror a base de rock'n'roll, power
pop, glam, beat, new wave y otros ritmos tribales. Pasean silenciosamente por
Madrid, aunque ya han conquistado varias ciudades españolas en las que han
conseguido hacerse con un buen número de prisioneros. Su andadura musical
comienza en octubre de 2015, fecha en la que se disuelve oficialmente Zombie
Valentines, sin apenas tiempo de reacción, y cuando aún no nos habíamos repuesto
de la noticia, emergen estos Jíbaros, dispuestos a comerse el mundo con su
energía y sus canciones. Lo suyo es la guerra relámpago, y en menos de un año
ya tienen grabado su primer LP; cuidado, la cosa va en serio. Ellos califican
su sonido como rawk'n'roll y pop rabioso, una forma acertada de definir el
veneno sonoro que quieren inocular a nuestra adormecida sociedad, una tarea que
comenzaron décadas atrás otros indígenas como The Beatles, The Sonics, T-Rex,
Buzzcocks, Redd Kross, Teenage Fanclub y muchos otros, y cuyo testigo recogen
hoy estos Jíbaros.
El primer corte del
disco ya es una declaración de intenciones, "Los tiempos están
cambiando", y es que no se puede permanecer impasible ante una canción que
reza así: "Y si somos de otro tiempo, qué más da / Yo me quedo con los
besos, con los discos y con el amor de verdad"; que se entere la Iglesia,
éste es el texto del nuevo Padre Nuestro. A partir de ahí, se desencadena una
lluvia de cantos ceremoniales que se instalarán para siempre en nuestras cabezas,
comienzan a notarse los primeros síntomas del efecto Jíbaro: sonrisa
imborrable, ánimo encendido y ganas de bailar; si ha llegado usted a este punto
está perdido. El disco continúa con un pildorazo nuevaolero como "Menos
que menos", la chulería rockera de "Quiero decirte algo", y un
medio tiempo de herencia folkie, "Costa Oeste", con una armónica que
sabe a ambrosía. Pero cuidado de nuevo, que se avecina otro himno: "Ella
dirá que no", grábenla a fuego en su memoria, no creo que oigan nada mejor
cantado en español a lo largo de este 2016; en el país de los Jíbaros no habrá
reggaeton ni auto-tune y esta será la canción del verano. La hipnótica
"Radio de acción" sirve para poner fin a la cara A del disco, un tema
que podrían haber firmado perfectamente los Chesterfield Kings.
Automáticamente, presas del influjo Jíbaro, damos la vuelta al disco y nos
asalta el rock'n'roll callejero de "Ni un segundo aquí", un hit
instantáneo con un estribillo melódico y ganador; Johnny Thunders mostró el
camino y estos Jíbaros, miembros de su congregación, lo siguen a rajatabla,
amén. Uno de los cortes más sixties del disco es "Todos mis miedos",
que nos remite a los mejores grupos vocales de aquella década, poniendo en
valor la infravalorada herencia que aquella legión de pioneros del pop español
nos legó. Le sigue "Las chicas como tú", un arrebato de power pop y
nueva ola en la mejor tradición del rey, Paul Collins, que da paso a
"Chico listo", un rock'n'roll vacilón y pegadizo que sirve de
antesala a uno de los mejores momentos del LP, la impecable versión del
"Beat Your Heart Out" de los Zeros de Roberto López (aka El Vez).
Todo lo que se diga de "Mi corazón" es poco, y es que cuando una
versión está a punto de superar a la original (que a su vez es todo un
clásico), las palabras se quedan cortas; a estas alturas ya habrá doblado usted
la rodilla, querido oyente y se habrá entregado en cuerpo y alma a la causa
Jíbara. Siéntese y descanse, para ello se ha reservado la última pista del
disco, la agridulce "Contar mentiras", un potente medio tiempo que
pone el punto y final a un disco perfecto.
No diga que no le
avisamos, hoy hemos revelado uno de los mejores secretos del rock'n'roll
español, aquí y ahora hemos alertado a la ciudadanía de sus intenciones, todas
ellas comprimidas en esta rodaja de vinilo que hace gala de unas musculosas
guitarras y que exhibe unas armonías vocales exquisitas. ¿Cansado de que su
cabeza sólo le sirva para llevar el sombrero? Compre el disco de debut de
Jíbaros y deje que ellos reduzcan todo aquello que ocupa demasiado espacio en
nuestra sesera y que no nos trae más que problemas; puede que el dinero no
compre la felicidad, pero discos como el de Jíbaros nos acercan a ella,
rotundamente. (Binguero - 2016)
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