martes, 15 de noviembre de 2016

Jibaros

¿Oye los tambores? Son tambores de guerra, no se esconda, de nada servirá, están aquí y van a por usted, son Jíbaros y quieren su cabeza para reducir el más mínimo resquicio de tedio y mediocridad que almacene entre sus sesos; será mejor que se rinda. Y es que estos cuatro curtidos guerreros llevan multitud de batallas ganadas a sus espaldas, han formado parte de otras tribus aborígenes, cuya sola mención causa admiración y respeto a cualquiera que se sepa atar los zapatos. Cautivos y desarmados ante la amenaza jíbara, cuatro sellos españoles han claudicado y han firmado un tratado de paz con el cuarteto, plegándose a sus condiciones, que no son otras que publicar un disco que sirva para expandir su mensaje y llevar a cabo su ambicioso plan: hacerse con las cabezas de los incautos oyentes que piquen el señuelo y deslicen la aguja de sus tocadiscos por los surcos de este vinilo. Esos cuatro sellos son: KOTJ Records, Sweet Grooves Records, Hurrah! Música y Delia Records. Conozcamos ahora un poco más sobre estos Jíbaros y desvelemos el contenido de su mensaje. 

David Lorenzo (guitarra y voz), Al Moretti (guitarra y voz), Gabriel Cuesta (batería) y César Sánchez (bajo y voz) son los nombres que han elegido estos audaces salvajes para colarse en nuestra sociedad y sembrar el terror a base de rock'n'roll, power pop, glam, beat, new wave y otros ritmos tribales. Pasean silenciosamente por Madrid, aunque ya han conquistado varias ciudades españolas en las que han conseguido hacerse con un buen número de prisioneros. Su andadura musical comienza en octubre de 2015, fecha en la que se disuelve oficialmente Zombie Valentines, sin apenas tiempo de reacción, y cuando aún no nos habíamos repuesto de la noticia, emergen estos Jíbaros, dispuestos a comerse el mundo con su energía y sus canciones. Lo suyo es la guerra relámpago, y en menos de un año ya tienen grabado su primer LP; cuidado, la cosa va en serio. Ellos califican su sonido como rawk'n'roll y pop rabioso, una forma acertada de definir el veneno sonoro que quieren inocular a nuestra adormecida sociedad, una tarea que comenzaron décadas atrás otros indígenas como The Beatles, The Sonics, T-Rex, Buzzcocks, Redd Kross, Teenage Fanclub y muchos otros, y cuyo testigo recogen hoy estos Jíbaros. 

El primer corte del disco ya es una declaración de intenciones, "Los tiempos están cambiando", y es que no se puede permanecer impasible ante una canción que reza así: "Y si somos de otro tiempo, qué más da / Yo me quedo con los besos, con los discos y con el amor de verdad"; que se entere la Iglesia, éste es el texto del nuevo Padre Nuestro. A partir de ahí, se desencadena una lluvia de cantos ceremoniales que se instalarán para siempre en nuestras cabezas, comienzan a notarse los primeros síntomas del efecto Jíbaro: sonrisa imborrable, ánimo encendido y ganas de bailar; si ha llegado usted a este punto está perdido. El disco continúa con un pildorazo nuevaolero como "Menos que menos", la chulería rockera de "Quiero decirte algo", y un medio tiempo de herencia folkie, "Costa Oeste", con una armónica que sabe a ambrosía. Pero cuidado de nuevo, que se avecina otro himno: "Ella dirá que no", grábenla a fuego en su memoria, no creo que oigan nada mejor cantado en español a lo largo de este 2016; en el país de los Jíbaros no habrá reggaeton ni auto-tune y esta será la canción del verano. La hipnótica "Radio de acción" sirve para poner fin a la cara A del disco, un tema que podrían haber firmado perfectamente los Chesterfield Kings. Automáticamente, presas del influjo Jíbaro, damos la vuelta al disco y nos asalta el rock'n'roll callejero de "Ni un segundo aquí", un hit instantáneo con un estribillo melódico y ganador; Johnny Thunders mostró el camino y estos Jíbaros, miembros de su congregación, lo siguen a rajatabla, amén. Uno de los cortes más sixties del disco es "Todos mis miedos", que nos remite a los mejores grupos vocales de aquella década, poniendo en valor la infravalorada herencia que aquella legión de pioneros del pop español nos legó. Le sigue "Las chicas como tú", un arrebato de power pop y nueva ola en la mejor tradición del rey, Paul Collins, que da paso a "Chico listo", un rock'n'roll vacilón y pegadizo que sirve de antesala a uno de los mejores momentos del LP, la impecable versión del "Beat Your Heart Out" de los Zeros de Roberto López (aka El Vez). Todo lo que se diga de "Mi corazón" es poco, y es que cuando una versión está a punto de superar a la original (que a su vez es todo un clásico), las palabras se quedan cortas; a estas alturas ya habrá doblado usted la rodilla, querido oyente y se habrá entregado en cuerpo y alma a la causa Jíbara. Siéntese y descanse, para ello se ha reservado la última pista del disco, la agridulce "Contar mentiras", un potente medio tiempo que pone el punto y final a un disco perfecto. 


No diga que no le avisamos, hoy hemos revelado uno de los mejores secretos del rock'n'roll español, aquí y ahora hemos alertado a la ciudadanía de sus intenciones, todas ellas comprimidas en esta rodaja de vinilo que hace gala de unas musculosas guitarras y que exhibe unas armonías vocales exquisitas. ¿Cansado de que su cabeza sólo le sirva para llevar el sombrero? Compre el disco de debut de Jíbaros y deje que ellos reduzcan todo aquello que ocupa demasiado espacio en nuestra sesera y que no nos trae más que problemas; puede que el dinero no compre la felicidad, pero discos como el de Jíbaros nos acercan a ella, rotundamente. (Binguero - 2016)



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