Cuando entre un puñado de discos viejos aparece una copia de esta banda Holandesa , que en 1979 recortó su nombre encubriendo al mismo tiempo sus sonidos con otros más modernos, no puedo evitar ir a buscar el primer lp de estos chicos en las estanterías que cubren las paredes de la habitación desde donde escribo. Y lo hago buscando por la letra “F”, organizado que es uno, y ¡ahí están los dos anteriores discos de este cuarteto!. Miro con fascinación, una vez más, la portada en la cual una enorme tarántula negra pasa a segundo plano dejando el protagonismo a la tántrica entrepierna de una joven con la piel en alerta mientras que, de manera un tanto decorosa, su sexo se cubre de un blanco impoluto, y es que es una imagen que verdaderamente no pasa desapercibida, pero que además encubre un disco de punk rock para atesorar. Editado en 1977, no le faltaron críticas por parte de los punks más radicales. Sus componentes venían de la escena pub rock que se fraguaba a mediados de los 70’s y que, tras ser teloneros de los Damned, cambiaron de aspecto y de sonido, un sonido que a lo largo de los doce temas que licenciaron para la multinacional Emi desprenden un poso de rock and roll que no decae en ningún momento y que , en ocasiones, se pueden hermanar con los franceses Little Bob Story como en ese rítmico y desenfadado “You gotta help me”, rasgarse las vestiduras carraspeando “Take my time”, explotar un riff setentero a medio camino entre los Pretty Things más comerciales y los Stones más inmortales en “Stupid Photographs” o sencillamente firmar trallazos de punk rock memorables como “I Wanna be with you” y “City boy” que se me hacen indispensables para todos aquellos que en su día perdimos la cabeza con los Cinecyde o unos Damned supurando la esencia del auténtico espíritu de la ciudad del motor. La cara b contiene más rock and roll de tono amenazante con guitarras que manipulan el sistema nervioso heredaras de sus años de pub rockers que hacen que la banda suene maleable a la vez que inquietante en temas como “I don’t wanna go”, “I like the nite”, “What to do”. Temas, en definitiva, con los que reencontrarme después de años y que han hecho que quiera compartir con todos los lectores de esta páginas las reflexiones que me han provocado. En 1978, el cuarteto facturó “Let it crawl” ya con portada de carácter marcadamente más comercial. Un año después acortaron su nombre, como adelantaba al principió de la reseña, quedándose en simplemente The Spiderz, fichan un nuevo teclista y cambian, a su vez, el sonido de la banda en su conjunto. Todos estas modificaciones se vieron materializadas en un álbum facturado para Wea que se titulaba “Pressure” del que se puede prescindir sin tener cargo alguno de conciencia. (Oscarkotj-2010)
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