Cuando el sello alemán anuncio la
aparición del nuevo disco de los noruegos, mi primer pensamiento no fue precisamente de euforia, sabiendo de antemano que iban a repetir la fórmula de
todos sus anteriores discos, fórmula a
la que tienen tomada la medida perfectamente. Pongo la aguja sobre el vinilo y
ahí esta el quinteto venido del frío poniendo banda sonora al verano cuando
arrancan con “I gonna have good time” que parece una declaración de principios
para lo que nos vamos a encontrar entre los surcos de este álbum. Morten cuyo
tercer apellido es Ramone nos pone el cuerpo a tono a guitarrazo limpio,
mientras el resto de la banda afina voces y empieza un viaje sin retorno entre
canciones manidas pero que suenan a gloria, y
una tras otra te meten en una espiral de la cual no quieres salir
cuando empiezas a tatarear “Too much of
a good thing” al minuto de sonar, los coros de “I like good music” son
simplemente magistrales, “It must be love” te suena a canción mil veces
escuchada que podría haber sido de los
Undertones o Buzzcocks, mientras que “I’m in love (with not being in love with
you)” desprende un sutil toque de rock and roll de fraternidad con el teclado
de Vibeke, con la directa puesta desbrozan temas “Just friends”, “All I wanna
do”, “And a whola lotta you” que es puro chicle de fresa ácida, a los hermanos
Wilson los pasan de revoluciones en ese “Let’s go baby”, “Do ya, do ya, do ya”
suena como si Phil Spector quisiera volver a conseguir la perfección del pop
con temas simples y “Yummy Love” que es un pelotazo a lo Romantics tan
irresistible como lo es todo el disco y eso que, como ya dije al principio de
esta reseña, lo puse a girar sin demasiado entusiasmo……… pero ¿quien se resiste
a ese “Bye bye baby” que cierra el disco después de 13 temas tan redondos?. Yo
desde luego no. (Oscarkotj-2013)
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