martes, 11 de octubre de 2016

The Stents - Invisible Sounds

" Quiero dar las gracias públicamente a  los miembros de The Stents. Y es que cuando uno se mete  peligrosamente en la cuarentena son varias las voces que  entonan esa vieja sentencia que asegura que ya se es  demasiado viejo para el rock'n'roll, sin ir más  lejos, mi madre es una de esas personas que señala mis  canas y critica mi comportamiento adolescente y mi obsesión  enfermiza por los discos; mamá, piensa que todo ese dinero  me lo podía haber gastado en drogas, o peor aún, me  podría haber afiliado a algún partido político. Es por  eso que uno se siente tremendamente reconfortado cuando se  encuentra con unos tipos entrados en años capaces de hacer  del rock'n'roll su forma de vida, y de hacerlo con  la mayor dignidad posible, hablamos de unos puretas que  destilan clase y actitud como para humillar a más de una  banda de veinteañeros que jamás pasarán de simples  becarios del rock. Gracias amigos de The Stents, no sabéis  cuánto os admiro.

 The Stents se forman en Baltimore, Maryland, en 2008, cuando un  grupo de amigos, veteranos músicos procedentes de bandas  como The Hate Bombs o The Barn Burners, se junta para dar  rienda suelta a su creatividad. Esos cuatro colegas son Pat  Brown, Steve Branson, Bonanza D Jones y Scott Sugiuchi,  éste último además pondría en marcha su propio sello discográfico, el muy recomendable Hidden Volume, que se ha  hecho desde 2012 con un interesante catálogo de discos de  siete pulgadas. Precisamente en Hidden Volume debutarían  The Stents con un single que contenía dos temas, "Meet  Mike Hate" y "JPF", en los que apostaban por  el garaje, el punk rock y el rock'n'roll de bandas  como The Cynics, The Woggles, The Mono Men, The Jam, The Who  o Ramones. Un single sólido, sin fisuras, que colocó a The  Stents en el escaparate, allanando el terreno para una  segunda referencia que  no tardaría en llegar, será en  2013, de nuevo con Hidden Volume, cuando verían la luz  otros dos temas, rescatados de la sesión de grabación de  su primer trabajo. "Limbs" y "Rodeo" eran las canciones elegidas y supondrían la confirmación  de los de Baltimore, lo que se traduciría en conciertos y  apariciones en los medios especializados. Tras dos años de  silencio discográfico regresarían con un single compartido  con sus amigos de The Improbables, su tercera referencia en  Hidden Volume, una deliciosa y nutritiva rodaja de vinilo en  la que The Stents se despachaban a gusto con un pepinazo de  garaje punk titulado "Nobody Loves The Hulk", una  versión de The Traits registrada originalmente en 1969, y  que también revisitaron en su día The Maggots. Pero sin  duda este 2016 va a ser el año de The Stents, un año que  han comenzado con una colaboración en un recopilatorio,  "Some Weird Sin Vol.1", junto a grupos como  Mother's Children, The Resonars o The Insomniacs, y que  van a rematar con la publicación de su primer LP, un album  que edita con orgullo el sello español KOTJ Records, en  colaboración con un sello hermano, como es Ghost Highway  Recordings.

 "Invisible Sounds" es el título que The Stents han elegido para  su puesta de largo, diez temas en los que el Farfisa de Link  Sean Lally echa humo, diez trallazos de garaje punk, surf y  rock'n'roll. El disco se abre con  "Mesmerized", puro garaje en la línea de The  Woggles, fuzz y Farfisa a go-go, "Madeline" es el  tema más beat del disco, con unos agradables coros y un  pa-pa-pa-ra-pa de lo más contagioso, una canción que  podrían haber firmado los Muck & The Mires más crudos. Las palmas irrumpen para dar entrada al primer instrumental  del LP, un terreno en el que los de Baltimore se defienden a  la perfección, en este caso al cobijo del espíritu de Link  Wray. "This Little Heart" es el cuarto corte del  disco, y probablemente la canción más inclasificable del  LP, un tema que empieza con una sección rítmica trotona,  hasta que irrumpe el riff que, junto al Farfisa, lleva la  batuta del tema, una canción que puede recordar a los Music  Machine de Sean Boniwell, pero cuya atmósfera se rompe al  llegar al estribillo, con un crescendo propio del hard rock. "Scattershot" recoge el testigo y pone la cordura  surf tras el toque lisérgico de "This Little  Heart", Dick Dale de pata negra al que sucede  "Bird Doggin'", una magnífica pincelada de  rythm and blues aderezada por la armónica de Dave Reis, de  The Improbables, y que recuerda a los Fleshtones más  festivos. El séptimo tema de "Invisible Sounds" lleva por título "Giving Up The Day", y es un  pelotazo de garaje punk, en la línea de los que se marcaba  Scott Sugiuchi al frente de sus Hate Bombs. Uno de los  mejores temas del disco se esconde en la octava pista, se  trata de "Sorry, I'm Not Sorry", tema que ya  habían incluído en el recopilatorio de Some Weird Sin  Records, un medio tiempo con un potente estribillo que  destila actitud y garaje por todos sus microsurcos. Y  llegamos a la recta final con el último instrumental,  "El Salto Dos", un tema de sonidos fronterizos y  aflamencados que rinde homenaje a uno de los platos  favoritos de The Stents, los chicken nachos del restaurante  El Salto, finalmente "Lucky To Have You" es la  canción que cierra el LP, encargada de mostrar la faceta  más punk rocker de la banda de Baltimore.

 Y así transcurren poco más de 30 minutos en los que The Stents despachan su receta  magistral, que como ellos mismos aseguran se compone de  garage, rock y chicken nachos; una mezcla sabrosa y nada  indigesta, un plato que se puede tomar en cualquier momento  del día, y cuyo único efecto secundario es la diversión. "Invisible Sounds" cuenta además con otro  importante reclamo, una magnífica portada diseñada por el  gran Marcel Bontempi; el continente perfecto para un disco  imprescindible, todo un manifiesto para callar la boca a  aquellos que algún día te dirán que estás demasiado  viejo para el rock'n'roll. Tenlo a mano para cuando  llegue el momento."

Binguero (2016) 



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