Cuando vi anunciado este
disco de los Tell Tale Hearts mis nervios se desataron y esto provocó una
incontrolable ansia de posesión en mi interior a la vez que despertó un montón
de recuerdos, que aún estando en fase de durmiente letargo, volvieron a la
vida. De repente, me sentí ubicado, de nuevo,
en el día en que su primer álbum llegó a mi vida. Una portada que
siempre me gustó, la carta de
presentación a cargo de Gregg Shaw capo de Bomp/Voxx, y una banda que
desprendía actitud desde el primer tema (hablamos ya de 1984). Aquel disco, girando cientos de veces
en mi tocadiscos, me descubrió a bandas que estos chicos de San Diego adoraban
como Outsiders o Q65 de los que hacían versiones memorables. La voz de Ray
Brandes me volvía literalmente loco y los temas propios no deslucían en
absoluto, es sin duda uno de esos discos
que se atesora de por vida al igual que el resto de su corta, pero recomendable
discografía. Casi 35 años después llega este ep en donde podemos escuchar a la
banda de Mike Stax en plena ebullición. Con cuatro temas que, como bien explica
Greg Prevost de los Chesterfield Kings en las notas de contraportada, fueron
grabados sin attrezzo un 7 de marzo de 1984 en el estudio 517 de San
Diego. De esas sesiones conocemos 5 temas que fueron incluidos en el
cd “High Tide (Big noses & pizza faces)” y cuatro de ellos son
los que componen este ep en donde el sonido del órgano de Bill Calhound hace
temblar los cimientos del estudio en la versión que se marcan del “Hey Tiger”
de The Topsy Turbys, oriundos de Arizona que facturaron esta animalada entre clase
y clase de la universidad en 1965. Tras esa versión llega el turno del único
tema original firmado por Calhound/Stax y que fue a parar a su primer álbum,
hablamos del intenso (You’re a) Dirty Liar muy superior a la versión del
lp desde mi punto de vista. En la cara b vuelven a tirar de influencias
y nos llevan a la prolífica escena de Texas en los 60’s y usurpan a The
Wigs un tema de su segundo y último single “Crackin’ Up un puro punk cavernario con un esquizofrénico
ritmo de bajo y con Eric Bacher en estado de gracia a las seis cuerdas. Cerrando
este artefacto, el clásico de subterráneo firmado por The Malibus “Cry (Over
her)” que todos los amantes de estos sonido hemos escuchado cientos de veces y
que gracias a las manos de estos chavales volvemos a recuperar el espíritu
quinceañero con lo que ello conlleva. Sonar de esta manera, antes de grabar lo
que fue su primer disco, dejaba claro que aquí había mucha clase como después
hemos comprobado ¡lástima que en este trabajo no esté incluida la lectura del
“My world (is upside down) de aquellas mismas sesiones! esto completaría lo que
ya es por mérito propio un disco
excelente en todos los aspectos y que pronto, no lo perdáis de vista, será
pasto de coleccionistas.
(Oscarkotj-2018)
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