Tras semanas de tensiones y emociones atenazadas llega el momento de intentar soltar lastre. Ojeo la cubeta de discos por escuchar y sin dudarlo agarro el nuevo trabajo de estos catalanes. Muchos años han pasado desde que “Shake it, but don’t break it” empezó a girar en el plato, la friolera de seis años concretamente, muchos para ganarse el derecho de no pasar a divagar por los largos pasillos del olvido. La banda ha sufrido algún cambio pero el sonido sigue fiel a sus creencias de ritmo y blues dejando mas espacio al pop que en su anterior disco. Este “47 on my Mind” esta formado por una colección de singles que recoge desde la versión, de precisamente eso, de un single de los Downliners Sect, reeditado por Penniman no hace mucho tiempo. Hablamos de ese “Roses” que estos otros sectarios ejecutan con elegancia y efectividad, para dar paso a “Ain’t got no time” de cosecha propia para devolver la moneda al mismísimo Don Craine. La estela la siguen con “Gonna make you mine” y “I want you love again” donde el sonido cuadriculado es inyectado de unos coros beat que hacen que este tema se antoje irresistible como uno de esos imprescindibles que apuntas en tu libreta invisible ubicada en la cabeza para pincharlo nuevamente cuando el disco vuelva a caer en tus manos. Los guitarrazos de “47 on my mind” dejan claro que estamos ante otro gran tema con un ritmo contundente, juego de voces adictivo y un final en el cual los ecos de los Blues Magoos se cruzan con uno de los temas mas celebrados de Chrissie Hynde y sus Pretenders. Cerrando otra pequeña joya de pop en vena Easybeats titulada “Wyoming Bill Kelso”. La cara b arremete con “Red or white wine” con las guitarras en deuda con Wilco Johnson, que dejan paso a una psicodélica “Things have changed”, otro de los temas favoritos de este disco y que suena bestial. Dan una lección de elegancia cuando suena “To kanarini Ap’tin Kypro”, cambian de registro en ese medio tiempo de título “My surnamesake” y no se ruborizan lo mas mínimo al enfrentarse a las versiones de The Scenery y su “Theat of time” o los Kinks con su “Everybody’s gonna be happy”. Un reencuentro que bien merece un trago frío de buen vino… ¿Rojo o Blanco? ¡La elección corre de tu cuenta! (Oscarkotj-2011)
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