Muchos
meses siguiendo la pista a este disco, tantos, que al caer en mi manos veo que
han pasado dos años desde que fue editado por el sello del amigo Tom
(Deadbeat), de entre las cenizas de una banda de la escudería americana que
recogiendo el testigo del rock and roll de pintalabios menos glamuroso, los
italianos han sido objeto del boca a boca hasta el punto de agotar la edición
de este disco, motivo que ha hecho que Deadbeat produzca una nueva tirada de
este “Racey Roller”. ¿Qué se puede decir de una banda de la que el
mismísimo Robin Wills de los Barracudas afirmó que en 20 años era lo
mejor que había visto sobre un escenario. Lo cierto es que este álbum es, sin
duda, un pelotazo de viejas fórmulas, coros y estribillos que te arrastran a
vocearlos secundados por guitarras con riffs de libro y rock and roll de corte
clásico, ejecutado con ganas a lo largo de diez temas redondeados de tal manera
que uno tras otro van entrando en tu cabeza sin remedio, ecos de T-Rex, Slade,
Sweet, Joan Jett o Suzy Quatro pero con la inyección de energía que
bandas como Jook o Jesse Hector imprimían a sus temas. Desde que comienza
a rugir “Number viernes, 11 de mayo de 2012
Giuda – Racey Roller (Dead beat Lp)
Muchos
meses siguiendo la pista a este disco, tantos, que al caer en mi manos veo que
han pasado dos años desde que fue editado por el sello del amigo Tom
(Deadbeat), de entre las cenizas de una banda de la escudería americana que
recogiendo el testigo del rock and roll de pintalabios menos glamuroso, los
italianos han sido objeto del boca a boca hasta el punto de agotar la edición
de este disco, motivo que ha hecho que Deadbeat produzca una nueva tirada de
este “Racey Roller”. ¿Qué se puede decir de una banda de la que el
mismísimo Robin Wills de los Barracudas afirmó que en 20 años era lo
mejor que había visto sobre un escenario. Lo cierto es que este álbum es, sin
duda, un pelotazo de viejas fórmulas, coros y estribillos que te arrastran a
vocearlos secundados por guitarras con riffs de libro y rock and roll de corte
clásico, ejecutado con ganas a lo largo de diez temas redondeados de tal manera
que uno tras otro van entrando en tu cabeza sin remedio, ecos de T-Rex, Slade,
Sweet, Joan Jett o Suzy Quatro pero con la inyección de energía que
bandas como Jook o Jesse Hector imprimían a sus temas. Desde que comienza
a rugir “Number
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