jueves, 16 de abril de 2015

Nacha Pop - Buena Disposicion

Creo que alguna vez ya he escrito que soy fan de Nacha Pop, bueno, en realidad soy fan de Antonio Vega, con todo lo que entraña ser un fan de alguien tan montaña rusa, capaz de lo mejor y de lo peor en cuestión de horas. Probablemente su primo Nacho siempre arrastró el lastre de estar al lado de una personalidad tan exagerada y, me imagino, que como en muchos otros casos, su misión primordial sería más de apagafuegos y pegamento que la propia labor de co-capitán de la nave. Seguramente la pluma de Antonio era la eterna y la de Nacho la popular (tal vez sólo Serrat haya sabido casar ambas vertientes), bueno, este argumento de eterno/popular es una impresión personal que puede estar equivocada. También es justo reconocer que al lado de Antonio, comparando, cualquiera seríamos un frívolo.


De las tres etapas de Nacha Pop, claramente marcadas por las tres discográficas (Hispavox, Dro y Polydor), mi gran favorita es la etapa final en Hispavox (1981-1982), la era “Buena disposición”, una etapa que se escribe y resume en 15 canciones irrepetibles, que por lo menos personalmente me parece el momento de máxima diferencia conceptual entre Antonio y Nacho. En aquella época todos querían sonar como los Attractions de Costello, el Rumour de Parker, la E Street Band de Bruce, los Heartbreakers de Petty o los Rockpile de ellos mismos, pero en aquella época estamos en un país por hacer y una cosa era querer sonar como y acabar sonando como podías, querían o te dejaban. Nacha Pop era un diamante en bruto en el Madrid de finales de los setenta y principios de los ochenta, y ese diamante fue adquirido por Hispavox, entonces una compañía nacional puntera e influyente (que ridículo suena todo esto desde el presente, abril de 2015). Y ese diamante le tocó pulirlo en su primer disco a Teddy Bautista, ya entonces zorro veterano, hoy ya no estoy seguro si más veterano o más zorro, pero bueno, el tiempo pone y quita a cada uno, así que lo que el tiempo haga que el hombre no lo estropeé. El caso es que en 1980 sacan su primer larga duración, con una producción de la época, en la que se comenta que la mezcla editada no era la correcta, que sonaba menos contundente de lo que debía, el quiero y no puedo en estado puro. Una balada destaca en el conjunto, "La chica de ayer", que en la radio hablaban que si la voz de Antonio tenía la misma tonalidad de Lorenzo Santamaría, esto ya es prehistoria. Evidentemente la canción que marcó una época,  de la que ahora  nos llenamos la boca de alabar como un himno generacional, que cantamos en los karaokes y fiestas militares con gracia, salero y desafine, pasó con más pena que gloria por las listas y las ondas, vamos con mínima repercusión, así que Antonio y Nacho, ante las ventas escasas, pierden el crédito en Hispavox, si alguna vez lo tuvieron, y les dejan hacer a su propio saber y entender para grabar su segundo, y último, larga duración en el sello. Aquí llegan, por lo menos para mi, al pedestal reservado a los más grandes. En 1981 editan un sencillo como adelanto, entonces se hacía así, con "El sueño / Atrás", un auténtico manjar con un Antonio en estado de gracia compositivo que dejaba en pañales y minimizaba todo lo anteriormente escrito, con un sonido recio, eléctrico y firme. Muchos quilates que pasan inadvertidos a la audiencia, excepto a algunos críticos que caen rendidos a sus pies. La edición del disco grande se demora en exceso sin una aparente justificación, excepto el nulo interés del sello por el grupo, y cuando finalmente "Buena disposición" se edita, tarde, uno no podía dejar de frotarse los ojos ante la colección que Antonio, mayoritariamente, había escrito, con una autoproducción más que digna, de hecho nunca sonaron tan a GRUPO como en ese instante histórico, porque la era  "Buena disposición" es HISTORIA. Un manual acelerado para doctorarse en pop de guitarras eléctricas a la altura de sus maestros británicos y americanos. Nunca superarían la magia creativa que mostraron en aquel año, que completaron con otra gema perdida, “Ruidos en el desván”, un monumento que se pierde como cara b de un single. Luego habría otras dos etapas, con grandiosos temas pero sin un conjunto tan elevado como aquel instante radiante y luminoso. Tuvieron la fase del duro desierto en DRO (un sello, en aquellos mediados ed los ochenta, excesivamente ligado a un tipo de productos muy diferentes a lo que Nacha Pop representaban) y el tercer intento de alcanzar las listas de éxito con Polydor. Paradojas del destino, lo lograron con su disco en directo, su despedida como grupo, en el momento, por lo menos para mi, menos interesante y en la que el exceso alcanzó a los diamantes que Antonio había tallado con pulcritud años atrás. Todo lo que vino después alargó la luz de Antonio, pero jamás igualó el conjunto de la etapa "Buena disposición".

En esa época, en la era “Buena disposición” fue la primera vez que les vi  en mi pueblo, en el Pabellón Huerta del Rey, teloneando a Wilko Johnson, creo recordar. Todo es muy difuso, excepto lo mal que sonó aquello y lo poco que nos importaba, estábamos viendo a Nacha Pop, esos madrileños que oíamos en Radio 3, y eso era lo importante, lo único importante. Y “Buena disposición” sigue siendo un punto luminoso que viene y va.  (Tomi - 2015)
  
Etapa “Buena disposición”
“El sueño”, “Ruidos en el desván” (sólo en single)”

“No necesitas más” (Nacho), “Reflejo de ti”, “ Juego sucio”, “Tragaluz”, “Buque que no llega” (Nacho),  “Qué hiciste conmigo anoche” (Nacho), “Sonrisa de ganador (Antonio y Nacho), “Alta tensión”, “Visiones” (Nacho), “Atrás”, “Quiero estar mejor”, “Brillo perdido”, “Día tras día” (en el LP “Buena disposición”, excepto las indicadas, composiciones de Antonio)

1 comentario:

101farmacias dijo...

Ciertamente aquella época en lo musical creo que no ha regresado a éste país debido a la revolución social y musical del momento .