A
través del sistema de crowdfunding han visto la luz las diez canciones que
integran el disco, por cierto, adoro los discos de “duración” clásica, 10 temas
- 34 minutos, cuando las canciones son buenas no es necesario sobrecargar con
medio naderías. ¿A qué suena SALTO?, por momentos a latigazos de rock and roll,
por momentos a suaves brisas de folk-rock, por momentos a pildorazos de power
pop, por momentos a destellos de glam-rock. Un abanico multicolor de
tonalidades de un aficionado a la música que se enfrenta con humildad al noble
arte de exponer su obra a la audiencia. Y la audiencia, o parte de ella, ha
caído rendida ante un disco de los que no te cansas de volver una y otra vez,
de los que después de girar (en formato cedese o vinilo) te siguen
sorprendiendo con nuevos matices que descubres y enriquecen las escuchas.
Desde
la fragilidad inicial de “Monster”, de una belleza infinita que se clava hasta
herir, esos coros que rompen, hasta el paseo final por “Lonesome Bird”, pausada
pieza de tintes folk-americana con ese tono crepuscular, de final de los
créditos de una road-movie. SALTO propone un paseo por un muy fino alambre que
exige al oyente su atención para apreciar la magia que contienen “Girl” está a
la altura de cualquiera de los grandes magos del power-pop universal; “Hold
On”, una delicatesen de las de paladear poco a poco, para que no se acabe
nunca; “Between The Lines” con esos ecos del mejor rock de los setentas, sin
aditivos ni engaños; “Till The Morning”, majestuosa, y bellísima, lección de
eso que denominan “americana”; “There Ain't No Time”, absoluto hit personal,
música para soñar con amaneceres eternos, una de esas canciones que deberían
estudiarse en primaria; “Ernie The Falconer” nos devuelve, como un soplo, la
pby arte más canalla y rocanrolera del autor; “S.O.S.” ahonda en la
faceta más “formal”, sonidos clásicos intensos que evocan y permanecen en el
cerebro; “Walter Freeman” es la fiesta de los disfraces glamourosos, del baile,
del juego, del coqueteo, que SALTO parece que no ha roto un plato pero seguro
que esconde un “bad boy” en su interior.
En el
disco de SALTO colaboran en la parte musical Jesús Sangui, Marti Perarnau,
Ramiro Nieto, Lindy Wornwood, Marina Blanet, Elena Iturrilta, Victor L.
Pescador, Guillermo Berlanga, Tim Easton y Santos Berrocal, siendo la parte
gráfica de José Fragoso y Andrea Silván. (Tomi -2015)
Foto - Chusmi
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