" Nadie se atreve a afirmarlo, pero es un secreto a voces: una ancestral civilización, de origen desconocido, lleva décadas visitando nuestro planeta. Su finalidad es liberar a los terrícolas del tedio impuesto por las altas instancias que controlan nuestros designios, que pretenden condenarnos al pensamiento único y a una forma de ocio inocua y estandarizada. Es por eso que, atendiendo el desgarrador grito de auxilio de toda una generación, nuestros aliados descendieron a la Tierra para regalarnos su bien más preciado, el rock'n'roll. Desde entonces, nuestros jóvenes recogen el testigo y mantienen viva la llama organizándose en torno a primitivos conjuntos musicales y realizando rituales sonoros a modo de conciertos. Un punto caliente de nuestra geografía, en lo que a presencia alienígena se refiere, es León; la prueba irrefutable es la actividad musical de esta población. Precisamente de allí procede una banda que no oculta su origen extraterrestre ni tan siquiera en su nombre, Los Platillos Volantes, un cuarteto formado en el verano de 2005.
En un principio estos músicos se reunieron en aquelarre para venerar a otros míticos marcianos, Los Salvajes, de quienes tomaron incluso el nombre en alusión a una de sus canciones; también repetían los mantras de formaciones como Small Faces, Kinks o Love. Poco a poco fueron componiendo temas propios y empezaron a despertar el interés de más extraterrestres como ellos, hasta el punto de ganar el concurso "Rock in León" en el año 2009, hecho que les llevaría a tocar como banda del eterno Gaby Alegret en el Purple Weekend de 2011; verdadero fenómeno UFO de la escena musical española. Con el paso del tiempo Los Platillos Volantes registrarán sus canciones a través de un disco titulado "Nuevainvisión", en 2008, un album en directo que data de 2012 y un EP de 2014 para el sello donostiarra GP.. Hoy, en pleno 2017, la discográfica más alienígena de todas, KOTJ, publica una nueva colección de canciones de estos leonitas (no confundir con leoneses). Tras algunos ajustes en la formación, los componentes actuales de Los Platillos Volantes son Dani Trillo (guitarra y voz), Jota Montero (guitarra y voz), Alicia Elektra (bajo) y Sam Bredikhin (batería y voz), aunque en sus incendiarios directos suelen rodearse de cómplices que aumentan la nómina musical de la banda; dos de ellos, precisamente, participan en esta grabación, se trata de Alberto Modino, a la trompeta, y de Elena Iglesias, ex de Los Flechazos, que con su Hammond deja una magnífica impronta en las canciones que componen este EP.
El disco que sostiene entre sus manos, terrícola, se abre con todo un alegato, una defensa descarnada del diferente, una canción que, en forma y en fondo, resume perfectamente el secreto que se nos confió décadas atrás. Y es que "No te quiero ver aquí" es ROCK'N'ROLL en estado puro, en mayúsculas, un pepinazo que nos hace pensar en "The Witch", de los sempiternos Sonics. Una voz desgarrada, alaridos, guitarras afiladas; el primer corte de este EP lo tiene todo para convertirse en un himno del garaje patrio. "El entierro de un hombre rico... que murió de hambre" es el lúgubre título del segundo tema, una versión de una banda venezolana, The Pets, que firmó esta canción en 1968. Tras un comienzo oscuro con unas ráfagas de órgano, la luz se abre paso hacia el estribillo en forma de unas voces que nos llevan a pensar en los mejores conjuntos vocales del pop español de los 60. Una canción que alerta sobre lo efímero de la vida y acerca de la futilidad de los bienes materiales, aludiendo a una muerte segura que alcanza a ricos y a pobres por igual, un mensaje apoyado por una magnífica arquitectura musical y que se remata en el último tramo con un soberbio solo de guitarra; elementos que mejoran, incluso al número original. A continuación la aguja de su tocadiscos penetrará en terreno caliente, deslizándose a lo largo de otro temazo de proporciones cósmicas. "De ti pasé" es una vibrante historia de arrepentimiento, el grito de esperanza de quien pretende recuperar un amor perdido, que se estructura en torno a un riff de guitarra impecable y que se apoya en un órgano que nos recuerda, inevitablemente, a Los Salvajes. Pura magia. Y como broche final una sutil pincelada de psicodelia, eso es lo que plantea "Rock & Roll Circus", la última pista de este disco, que esconde la cara más lisérgica de Los Platillos Volantes, arropada, una vez más, por unas voces y un trabajo de instrumentación sobresalientes. Roberto Argüelles se encarga de dar forma al envoltorio perfecto para este caramelo, con una portada maravillosa que recoge a la perfección la intensidad y la pasión que gastan Los Platillos Volantes; un diez, maestro.
Desvelado el secreto, amigos, sólo nos queda difundirlo, y qué mejor manera de hacerlo que comprando este disco y pinchándolo a un volumen atronador. Es, sin lugar a dudas, la única forma de demostrar a los alienígenas que en la Tierra todavía hay indicios de vida inteligente. I Believe.
Binguero (2017)
En un principio estos músicos se reunieron en aquelarre para venerar a otros míticos marcianos, Los Salvajes, de quienes tomaron incluso el nombre en alusión a una de sus canciones; también repetían los mantras de formaciones como Small Faces, Kinks o Love. Poco a poco fueron componiendo temas propios y empezaron a despertar el interés de más extraterrestres como ellos, hasta el punto de ganar el concurso "Rock in León" en el año 2009, hecho que les llevaría a tocar como banda del eterno Gaby Alegret en el Purple Weekend de 2011; verdadero fenómeno UFO de la escena musical española. Con el paso del tiempo Los Platillos Volantes registrarán sus canciones a través de un disco titulado "Nuevainvisión", en 2008, un album en directo que data de 2012 y un EP de 2014 para el sello donostiarra GP.. Hoy, en pleno 2017, la discográfica más alienígena de todas, KOTJ, publica una nueva colección de canciones de estos leonitas (no confundir con leoneses). Tras algunos ajustes en la formación, los componentes actuales de Los Platillos Volantes son Dani Trillo (guitarra y voz), Jota Montero (guitarra y voz), Alicia Elektra (bajo) y Sam Bredikhin (batería y voz), aunque en sus incendiarios directos suelen rodearse de cómplices que aumentan la nómina musical de la banda; dos de ellos, precisamente, participan en esta grabación, se trata de Alberto Modino, a la trompeta, y de Elena Iglesias, ex de Los Flechazos, que con su Hammond deja una magnífica impronta en las canciones que componen este EP.
El disco que sostiene entre sus manos, terrícola, se abre con todo un alegato, una defensa descarnada del diferente, una canción que, en forma y en fondo, resume perfectamente el secreto que se nos confió décadas atrás. Y es que "No te quiero ver aquí" es ROCK'N'ROLL en estado puro, en mayúsculas, un pepinazo que nos hace pensar en "The Witch", de los sempiternos Sonics. Una voz desgarrada, alaridos, guitarras afiladas; el primer corte de este EP lo tiene todo para convertirse en un himno del garaje patrio. "El entierro de un hombre rico... que murió de hambre" es el lúgubre título del segundo tema, una versión de una banda venezolana, The Pets, que firmó esta canción en 1968. Tras un comienzo oscuro con unas ráfagas de órgano, la luz se abre paso hacia el estribillo en forma de unas voces que nos llevan a pensar en los mejores conjuntos vocales del pop español de los 60. Una canción que alerta sobre lo efímero de la vida y acerca de la futilidad de los bienes materiales, aludiendo a una muerte segura que alcanza a ricos y a pobres por igual, un mensaje apoyado por una magnífica arquitectura musical y que se remata en el último tramo con un soberbio solo de guitarra; elementos que mejoran, incluso al número original. A continuación la aguja de su tocadiscos penetrará en terreno caliente, deslizándose a lo largo de otro temazo de proporciones cósmicas. "De ti pasé" es una vibrante historia de arrepentimiento, el grito de esperanza de quien pretende recuperar un amor perdido, que se estructura en torno a un riff de guitarra impecable y que se apoya en un órgano que nos recuerda, inevitablemente, a Los Salvajes. Pura magia. Y como broche final una sutil pincelada de psicodelia, eso es lo que plantea "Rock & Roll Circus", la última pista de este disco, que esconde la cara más lisérgica de Los Platillos Volantes, arropada, una vez más, por unas voces y un trabajo de instrumentación sobresalientes. Roberto Argüelles se encarga de dar forma al envoltorio perfecto para este caramelo, con una portada maravillosa que recoge a la perfección la intensidad y la pasión que gastan Los Platillos Volantes; un diez, maestro.
Desvelado el secreto, amigos, sólo nos queda difundirlo, y qué mejor manera de hacerlo que comprando este disco y pinchándolo a un volumen atronador. Es, sin lugar a dudas, la única forma de demostrar a los alienígenas que en la Tierra todavía hay indicios de vida inteligente. I Believe.
Binguero (2017)
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