Ha pasado ya una semana y aún sigo recopilando fragmentos de mis neuronas, que permanecen desperdigados por la Lata de Bombillas tras el épico fiestón que allí tuvo lugar el sábado 10 de noviembre. Tercera edición del Mapache Fest, palabras mayores. Un evento que comenzó como una celebración privada, un cumpleaños entre amigos, la excusa perfecta para reunirse y contratar una banda para amenizar la velada. Los Bengala fueron los responsables, a ellos les corresponde el honor de haber sido el grupo que dio el pistoletazo de salida a esta aventura. El año pasado Los Mapaches decidieron abrir las puertas de su guateque de par en par, organizando de una manera más seria el evento: dos bandas, pinchada durante toda la noche y muchas ganas de pasarlo bien. Las Señoritas Estrechas y The Oddballs dieron el do de pecho en una noche memorable. Y así es como llegamos al III Mapache Fest, un festival que agotó sus entradas en tan sólo seis días y que trajo a Zaragoza a dos bandas que saben perfectamente cómo animar el cotarro: Los Glurps! y Lie Detectors.
Pero
antes de nada, aclaremos quiénes son Los Mapaches. Ni más ni menos que un grupo
de amigos, unos disfrutones que son habituales en los festivales de rock'n'roll
más selectos del país, como el Bule Bule Toga Fest, el Surforama, el Funtastic
Dracula Carnival o el Wáchina Wáchina Fest, entre otros. Su afición al
desparrame y su carácter noctámbulo les impulsó a organizar su propia jarana,
un cónclave de viejos conocidos y de canallas de diversa índole al que
bautizaron como Mapache Fest. Tras las dos últimas ediciones, el Mapache se
asienta como una cita ineludible en la agenda zaragozana, un evento capaz de
atraer a gente de lugares como Valencia, Cataluña, Madrid o el País Vasco. Y es
que la buena música y el buen ambiente que se respira en el Mapache son sus
principales activos, la seña de identidad que le han convertido en una fiesta
ineludible para todo amante del rock'n'roll y de la francachela.
En
esta tercera entrega, Los Glurps! fueron los encargados de abrir fuego ante un
público expectante y con ganas de poner La Lata de Bombillas patas arriba, tal
y como sucedió. Estos titanes levantinos descargaron su garage punk en un
concierto de alto voltaje que dejó claro que en su terreno no hay quien les
tosa. Toneladas de fuzz y alaridos salvajes se apoderaron de la sala, haciendo
que los presentes cayeran presa de un baile tribal a la vez que emitían
extraños sonidos guturales. ¡Sí, sí, sí, el garage ya está aquí! Y lo
demostraron con algunas de las mejores coplas de su repertorio, tanto aquellas
que relucen en sus EP's como las que dan lustre a su fulgurante LP. Todo ello
con un público entregado, que berreaba sus canciones mientras acababa con las
existencias de cerveza del local, temas como "No estoy muerto",
"Soy un animal", "No soy Cool" o "Déjame en paz",
tonadas que ya son himnos entre la chavalada garagera. Por si todas las
fechorías perpetradas fueran pocas, The Bingueros fueron invitados a sumarse a
la fiesta, interpretando con Los Glrups! "Burundanga", un tema
inédito de los valencianos, y "Cannibal Girl", el hit binguero por
excelencia, en una actuación que queda para los anales de la historia. Sonrisa
de oreja a oreja, litros de sudor y de cerveza y a por la siguiente banda. Sólo
les pedimos a los Glurps! que vuelvan pronto, y que lo hagan con su teclista,
al que echamos muchísimo de menos, y no sólo por cuestiones meramente
musicales.
¿Qué
se puede decir de Lie Detectors que no se haya dicho ya? A mí se me agotan los
adjetivos para describir a la que es, en estos momentos, LA BANDA, así, con
mayúsculas. Los vascos están en un estado de forma envidiable, algo que
refrendan con tremendas canciones y con uno de los mejores directos de cuantos
se pueden ver en la actualidad. Lie Detectors funcionan como una maquinaria
perfectamente engrasada, con una guitarra que echa chispas, una sección rítmica
que alterna seda y hierro y un cantante inimitable que despliega una energía y
un carisma pocas veces vistos sobre las tablas de un escenario. Este cuarteto
tiene una personalidad que lo hace único, forjada a base de glam, garage,
rock'n'roll, pub rock, ye-yé y demas venenos musicales, todo ello con la voz de
Txema como catalizador y con una presencia escénica impresionante. Lie Detectors
no tienen todavía un LP, ni falta que les hace, con 4 singles han convencido a
todo el mundo de que lo suyo va en serio, de que lo tienen. Tienen las
canciones, tienen la actitud, tienen el directo, tienen el rollo, tienen todo
aquello que a muchas bandas les falta, ese algo que no se ensaya en el local ni
se imposta fijándose en ídolos de medio pelo; tienen todos los ingredientes
para convertirse en la banda de rock'n'roll más importante de la década en
nuestro país. Y si alguien cree que exagero, que se haga un favor y que vaya a
verlos en directo. Los Detectors repasaron los temas de sus singles (todos
ellos descatalogados), canciones como "Felicidad", "Chelsea
Boots", "Pínchalo", "Sin ti no puedo estar"... Verdaderos
trallazos capaces de levantar a un muerto, despachados con urgencia, energía y
precisión. "Me gusta la calle", himno de los nocheros, y
"Zapatos de gamuza azul", el clásico de Perkins en su versión del
argentino Moris, marcaron los momentos más álgidos y eufóricos de un concierto
impecable, con un público enchufado desde el primer acorde y una banda
imparable.
Pero
el Mapache Fest es más que conciertos, hubo una rifa (muy loca y accidentada,
como viene siendo habitual) en la que se sortearon discos y carteles del
evento, obra y gracia del genial Furillo. Se pincharon discos hasta que la
autoridad competente decretó el desalojo del local y, sobre todo, se bailó y se
gritó sin ningún tipo de medida. Personalmente, sólo puedo agradecer a este
grupo de chalados que se hacen llamar Los Mapaches que contasen una vez más
conmigo como cómplice en esta bendita locura; todas esas risas y esa felicidad
no se pagan con dinero. Y a todos ustedes, amigos, les invito a la próxima
edición, en la que seguro que habrá muchas sorpresas, dos (o quién sabe si más)
bandas dispuestas a darlo todo y ese espíritu de diversión y fraternidad que
hace tan especial al Mapache Fest. No dejen que se lo cuenten, vívanlo en
primera persona y no se despisten, que comienza la cuenta atrás para una nueva
edición, la cuarta. ¡Larga vida al Mapache Fest!
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