
Cuando
“Ladies & Jellymen” suena, te vuelven a hipnotizar. El sonido de
órgano es arropado, en ésta ocasión, por las cuatro cuerdas y por
elegantes toques de guitarra, además de coros usurpados a las Shangri Las y es
entonces cuando ya tu cerebro te hace protagonista de otro guión en blanco y
negro en donde estos chicos ponen la banda sonora con un “i say aloha to my
freaks in the funnel of love,……” en modo de bienvenida a su particular
mundo. En ése al que también está invitado Tav Falco cuando, a golpe de tango cósmico,
interpretan “What a behind the veil” que da paso a “Panther Beat” un
instrumental de cantina marciana en donde las vibraciones exóticas son un
referente que está presente a lo largo de todo este álbum. Cada nuevo tema que
va sonando en el estéreo es un viaje que el escuchante va diseñando en su
subconsciente con títulos como “Yellow fever” que parece maquinado por el mismísimo
David Lynch, “Dirt Nap” que bien podría ser un mal sueño de Joe Meek y !como
no! “Tuff War” que es mi número uno personal en esta quinta
semana de confinamiento con los riffs marcianos de “Risky Bizness”
logrando un punto de conexión con mis venerados Man or astroman. Cierran con su
particular manera de interpretar rock and roll con otra piedra mágica de título
“Poison Pill” que dudo mucho bailen mis vecinos a las 8 de
esta tarde en su diaria cita vespertina. Adoro este disco que a cada nueva
escucha más me flipa del que solo han planchado 250 copias. (Oscarkotj-2020)
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