A menudo me pregunto qué significa ser maduro. Entiendo que es algo positivo, una reacción natural propiciada por la edad que modifica nuestros actos y nuestra forma de ver y entender el mundo, marcando una frontera, un antes y un después entre la vida juvenil y la vida adulta. Para algunos alcanzar la madurez es sinónimo de plenitud, de encontrarse en el mejor momento de su vida o de su proceso creativo. A mí me jode hacerme viejo, y cada vez que pienso en la madurez me viene a la cabeza la versión que los Ramones hicieron del clásico de Tom Waits, "I Don't Want To Grow Up"; pero el tiempo cruel se ríe en mi cara, consciente de que esa batalla la tiene ganada. Quienes sí que han madurado, dando forma a su mejor trabajo hasta la fecha, son The Connection, la banda capitaneada por Brad Marino y Geoff Palmer, a la que adoramos como a un hijo al que hemos visto nacer.
Mucho ha llovido desde 2011, cuando Marino y Palmer tomaron el título de una canción de los Stones para bautizar a su nueva formación, The Connection. Ambos músicos comparten pasiones musicales, que van desde el power pop a la British Invasion o al rock'n'roll de raíces, y con esas coordenadas darán forma a su primer LP, "New England's Newest Hit Makers", un disco compuesto por ocho temas que les coloca rápidamente en el candelero. Un año más tarde su EP "Seven Nights
To Rock" capta la atención de Steve Van Zandt, que convierte a la banda de Portsmouth en unos habituales de su influyente programa de radio, Little Steven's Underground Garage. En 2013 The Connection presenta su segundo LP, 14 canciones en las que el sonido de la banda evoluciona hacia el power pop y el rock'n'roll, con matices que entroncan con la New wave e incluso el Country, un disco que enriquece su paleta sonora y que es aclamado de forma unánime por la crítica y el público. Tras publicar un puñado de singles y colaborar en diferentes proyectos, The Connection presenta su tercer disco de estudio, "Labor of Love", un trabajo de madurez (la dichosa madurez) que debe funcionar como la formulación definitiva del sonido de la banda. Las diez canciones que componen este LP combinan a la perfección el rock'n'roll de la escuela clásica, el que tiene a Chuck Berry como catedrático emérito, con los ramalazos punk que le aportaron al género bandas como The Real Kids, al mismo tiempo que se abre la puerta a clásicos de la New wave y del power pop, como Dave Edmunds o Nick Lowe, sin olvidar el rock'n'roll pendenciero y hermanado con el blues, al que los Rolling Stones levantaron un monumento en 1972 titulado "Exile On Main Street"; todos ellos están invitados y tienen pase VIP en este "Labor of Love". Y es que es difícil resistirse a un disco que se abre con un pepinazo como "Labor of Love", un tema que te pone en órbita y te prepara para lo que viene a continuación: la stoniana "So Easy", "Circles", un himno del power pop desde ya, y "You Ain't Special", un agridulce medio tiempo; no exagero si afirmo que he oído pocos arranques iguales en los últimos años, sublime. Pero la fiesta continúa con "Pathetic Kind of Man" un luminoso ejercicio de garaje pop, "Don't Come Back", punk rock en vena con invitado especial en los coros: el mismísimo Dan Vapid, "Let The Jukebox Take Me", que coquetea con el country, como lo hicieran en su día mis añorados Model Rockets, "Red, White & Blue, otro pelotazo que no hubiera desentonado en el primer disco de John Felice y los suyos, o "Treat You So Bad", un batido hipervitaminado a base de power pop, Stones y Beach Boys, lamentablemente llegamos al
final con "Good Things", un tema wilsoniano y optimista que nos dibuja una sonrisa en la cara. Así es como transcurren poco más de 30 minutos que nos dejan con ganas de más, pero convencidos de que nuestros retoños se han hecho mayores, han abandonado el nido y han echado a volar con las ideas muy claras. Les espera un gran futuro.
La edición europea de "Labor of Love" corre a cargo de Ghost Highway Recordings y KOTJ Records, dos valientes sellos que dan un golpe sobre la mesa con una de sus mejores referencias hasta el momento. La portada es distinta a la de la edición americana, y es obra de la diseñadora donostiarra Marta Ennes, otro motivo más para hacerte con una copia de este LP. Perdamos el miedo a la madurez y saludemos esta nueva entrega de The Connection, qué más da hacerse viejo si nuestra banda sonora la componen discazos como éste... Y es que como dijo Steve Van Zandt: The Connection Gets It! Pues eso. (Binguero-2015)
To Rock" capta la atención de Steve Van Zandt, que convierte a la banda de Portsmouth en unos habituales de su influyente programa de radio, Little Steven's Underground Garage. En 2013 The Connection presenta su segundo LP, 14 canciones en las que el sonido de la banda evoluciona hacia el power pop y el rock'n'roll, con matices que entroncan con la New wave e incluso el Country, un disco que enriquece su paleta sonora y que es aclamado de forma unánime por la crítica y el público. Tras publicar un puñado de singles y colaborar en diferentes proyectos, The Connection presenta su tercer disco de estudio, "Labor of Love", un trabajo de madurez (la dichosa madurez) que debe funcionar como la formulación definitiva del sonido de la banda. Las diez canciones que componen este LP combinan a la perfección el rock'n'roll de la escuela clásica, el que tiene a Chuck Berry como catedrático emérito, con los ramalazos punk que le aportaron al género bandas como The Real Kids, al mismo tiempo que se abre la puerta a clásicos de la New wave y del power pop, como Dave Edmunds o Nick Lowe, sin olvidar el rock'n'roll pendenciero y hermanado con el blues, al que los Rolling Stones levantaron un monumento en 1972 titulado "Exile On Main Street"; todos ellos están invitados y tienen pase VIP en este "Labor of Love". Y es que es difícil resistirse a un disco que se abre con un pepinazo como "Labor of Love", un tema que te pone en órbita y te prepara para lo que viene a continuación: la stoniana "So Easy", "Circles", un himno del power pop desde ya, y "You Ain't Special", un agridulce medio tiempo; no exagero si afirmo que he oído pocos arranques iguales en los últimos años, sublime. Pero la fiesta continúa con "Pathetic Kind of Man" un luminoso ejercicio de garaje pop, "Don't Come Back", punk rock en vena con invitado especial en los coros: el mismísimo Dan Vapid, "Let The Jukebox Take Me", que coquetea con el country, como lo hicieran en su día mis añorados Model Rockets, "Red, White & Blue, otro pelotazo que no hubiera desentonado en el primer disco de John Felice y los suyos, o "Treat You So Bad", un batido hipervitaminado a base de power pop, Stones y Beach Boys, lamentablemente llegamos al
final con "Good Things", un tema wilsoniano y optimista que nos dibuja una sonrisa en la cara. Así es como transcurren poco más de 30 minutos que nos dejan con ganas de más, pero convencidos de que nuestros retoños se han hecho mayores, han abandonado el nido y han echado a volar con las ideas muy claras. Les espera un gran futuro.
La edición europea de "Labor of Love" corre a cargo de Ghost Highway Recordings y KOTJ Records, dos valientes sellos que dan un golpe sobre la mesa con una de sus mejores referencias hasta el momento. La portada es distinta a la de la edición americana, y es obra de la diseñadora donostiarra Marta Ennes, otro motivo más para hacerte con una copia de este LP. Perdamos el miedo a la madurez y saludemos esta nueva entrega de The Connection, qué más da hacerse viejo si nuestra banda sonora la componen discazos como éste... Y es que como dijo Steve Van Zandt: The Connection Gets It! Pues eso. (Binguero-2015)
Edición de 300 copias
200 vinilo negro pvp 17€
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